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30 de julio de 2025: 3 posdatas 3 IX.- La Compañera la más bonitilla. Obra de teatro en varios actos con notas de pie de página. Monólogo a muchas voces.

Para el maestro con cariño, esperando que
se recupere pronto de que duele su panza.
(Se abre el telón. Pero resulta que no está listo todo y lo vuelven a cerrar. Pero no muy cierra porque se atora la cobija que es el telón. Tardan. Ya por fin se abre el telón y empieza la obra de teatro. Sale al escenario un compa que de por sí no muy quería participar, pero ni modos, qué le va a hacer, le tocó).
El compa empieza a hablar:
– “Bueno, yo les voy a contar la parte que me toca. Porque la problema no fue sólo que éramos un chingo de personas quienes vimos la obra de teatro. O sea “la seña”, que así le decimos también acá. El caso o cosa, según, es que para mirar y escuchar no es que te sientas y ya. No. Porque el auditorio se movía y unas veces veías de un lado, luego de otro, luego de arriba, después de abajo. Y también a veces podías mirar lo que miraban los que participaban. Por ejemplo, a veces mirabas lo que miraba la Marijose, o la Verónica Palomitas, o el Monarca o el Capitán. O sea que podías mirar y escuchar todas las partes del todo, pero desde diferentes lugares. Un relajo pues”. (nota de pie de página Uno).
“Bueno, pero éramos muchos por razón de que era un secreto. El Capitán le dijo a la Verónica Palomitas que hay que hacer una obra de teatro, pero no le digas a nadie. Y, bueno, pues la Verónica es su modo que, si le dices que es un secreto, rápido va y lo publica. Y luego la Marijose le pidió permiso al Manuel de poner un letrero en la taquería “TaCostilla” para anunciar la obra.”
“El caso o cosa, según, es que se corrió la voz y al rato ya todos sabían de la obra de teatro. Y más por el título, porque las jóvenas zapatistas se organizaron para asistir y criticar: si la compañera la más bonitilla está gorda o flaca, o es alta o chaparra, si tiene su ojo chueco, si camina jorobada, si muy rabona su nagua que de una vez no se puede creer, y así. Yo las critiqué que no sirve que hacen así, pero me respondieron que van a mal hablar, sí, pero en común y organizadas. Los jóvenes, o sea los machitos, pues con más razón. Hasta partidistas, porque todos querían saber quién era la compañera la más bonitilla. Hasta las compañeras ya de edad llegaron, porque, dijeron, “de seguro anda con su nagua toda rabona que si se agacha se le ve hasta la garganta”. Total, que éramos creo más de dos chingos”.
“Y a unos les tocó sentarse arriba del escenario que sea que veían como si fueran un dron. Y otros les tocó mero abajo, que sea que veían las suelas y todo desde abajo, como si fueran bichitos. Los demás en los lados, alrededor de donde se presentaba la historia. Y donde te sientas, se mueve por todos lados”.
“Bueno, les digo esto para que entiendan que, aunque les voy a contar la historia, en realidad sólo les voy a contar una parte, la que me tocó mirar. Si quieren saber el todo, pues van a tener que hacer una asamblea y una compartición con todos los que asistimos”.
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Nota de Pie de Página Uno. – El local donde se presente la obra deber ser como una esfera. En su centro o núcleo estará el escenario y las bancas para el público estarán por todos lados en la esfera alrededor del escenario. Pero las bancas se mueven por toda la orillada de la esfera teatral. O sea que, como quien dice, ni cuarto muro, ni primero, ni segundo, ni tercero, ni arriba, ni abajo, ni a los lados. Así el escenario no estaría en el centro de una circunferencia de dos dimensiones, sino en el centro de una esfera multidimensional, agregando a la 3D la dimensión temporal.
O sea que la base de los espectadores es giratoria en todas las dimensiones. De modo que las escenas se aprecien por todos los lados, o sea desde diferentes y distintos puntos de vista. A los lados, por arriba, por abajo y en el lugar simultáneo de quienes actúan. Sería como un átomo, donde los neutrones serían la escenografía y las luces; los actores serían los protones; y los espectadores serían como los electrones girando alrededor del núcleo o escenario.
Ok, ok, ok. Sí, en caso de que fuera posible esto, sería carísimo, pero en realidad el problema está en que, para obtener una visión del conjunto de la escena, se necesitarían una serie de comparticiones en asamblea, donde cada quien diga lo que vio y así complete la visión de los demás. Y, aun así, se tendría sólo una parte, y sería necesario un número infinito de asambleas para tener el todo a partir de las partes.
Nota de pie de página a la nota de pie de página Uno. – Este planteamiento escénico será conocido luego como “La Paradoja del Capitán”. Nada de que Schrödinger, DC, ni Marvel, ni tortura animal, ni cosas por el estilo. Resistencia y Rebeldía. Fuck Trump and Fuck Netanyahu. Oh, lo sé, pero no pude resistirme.
Nota de pie de página a la nota de pie de página de la nota de pie de página Uno. – Como se puede apreciar, el autor de este delirio no desaprovecha para meter, como quién dice, la política. Ignorando así el sabio precepto que indica que el arte es arte y no política, y que una cosa es una cosa y otra cosa es no me chingues. Amén.
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Bueno, de ahí que aparece el Capitán que está en su champa y a saber qué está garabateando en un su cuaderno. Entonces se escucha que lo llama por radio el SubMoy. No es que dice “soy el SubMoy” sino que lo conocí su voz. Entonces el Capitán lo responde en el radio que “adelante”. Y el SubMoy le dice: “te voy a mandar un colego que necesita que lo apoyes”. “Está bueno”, dice el Capitán.
Y ahí nomás llega un chamaquito, como de unos 4 o 5 años que dice que se llama “Chinche”. El niño explica que se llama “Chuy”, pero como siempre está haciendo maldades, su mamá le dice “Pinche Chuy, tiraste el agua”, “Pinche Chuy, mojaste la ropa seca” y así. Pero el Chuy no habla bien y no sabe decir “pinche”, y dice “Chinche”. Entonces así se le quedó.
Y el Chinche le dice al Capitán que lo tiene que buscar quién es la compañera la más bonitilla. Que para qué quiere saber, le pregunta el Capitán. “Pues porque ya lo estoy buscando una mi mujer”, dice Chinche. “Pero si eres un crío de 4 o 5 años”, le dice el Capitán. “No importa, quiero buscar de una vez para luego no andar batallando de un lado a otro, y que regalitos y que canciones y que hay que bañarse y peinarse, y que ropa para verse bien galán, y de una vez no se puede creer”. “Pero qué vas a hacer, y qué tal que no te quiere”, le dice el Capitán. “Bueno”, dice Chinche, “pues ahí lo voy a ver yo, le echo la política para convencer. Pero tú no tengas pena y cumple la orden de que vas a apoyar”. “Bueno”, dice el Capitán, “ahí te aviso luego lo que salió de la investigación”. Bueno, tardan más hablando, pero les estoy contando como quien dice el resumen. Y se va el Chinche.
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Bueno de ahí sigue otra parte. Creo que dicen “otra escena”, pero es en el mismo lugar o sea en la champa del Capitán. Lo agarra su radio y dice “martillo, martillo”. Entonces se oye la voz del Monarca que dice “adelante, adelante”. O sea que “Martillo” es el Monarca. Entonces el Capitán le dice “Búscalo al Comando Palomitas y lo mandas”. “No se escucha, repite, repite”, dice el Martillo. El Capitán le repite que lo busque al Palomitas. Pero se ve que no recibe bien su radio del Monarca. “No se escucha, repite, repite”. Y el Capitán como que se desespera y grita “¡Que mandes al Palomitas!” Ahí sí lo escucha el Martillo y responde “copiado, copiado, ahí llevo”. Y al rato llega el Monarca cargando un costal pergamino lleno de palomitas de maíz. “¿Y eso?” pregunta el Capitán. “Pues pediste palomitas. Las acaban de hacer el compa Faustino y la Angelina”. “Dije “El Palomitas”, o sea el comando palomitas”, como que se enoja el Capitán. Y se va otra vez el Martillo, mientras el Capitán se atasca de palomitas. Bueno, pues regresa el Monarca con la Verónica Palomitas.
La Verónica lo está buscando si hay dulce de chamoy. El Capitán le pregunta por qué llegó nomás ella. La Verónica dice que el Amado y el Chinto ya están viejos y ya lo están buscando una su marida. Y la Cintia y el Chuy a veces llegan, pero no están ahorita.
“¿Pues cuántos años tienen pues?” “El Amado y el Chinto ya tienen 14 años, o sea que ya son palomitas rancias, ya no sirven”. Bueno, de ahí el Capitán le dice que hay un trabajo muy importante y muy secreto, que no puede decir a nadie ni andar publicando.
La Verónica, ya me acordé, en la obra se llama “Tiendera”, que porque siempre está en la tienda. O “Tamale Crudo” porque hace que duele tu panza. Bueno, la Verónica pregunta si en el trabajo hay chamoy. “Hay”, le responde el Capitán. La Verónica dice “bueno, ahí lo voy a ver si es que me conviene y si cumplo o no”. El Capitán la regaña porque es orden del SubMoy, pero la Verónica dice que ella es niña y por eso luchamos, para que las niñas hagan lo que quieran y los niños sí tienen que obedecer. Se ponen a discutir los dos, la Verónica con el Capitán. Tardan y nomás están neceando, entonces eso me lo salto. Ya por fin el Capitán le dice que hay que buscar a la compañera la más bonitilla. Entonces se ve que ahí está la problema como quien dice, porque la Verónica pregunta:
¿Pero dónde voy a buscar? Pues entre todas las compañeras, le responde el Capitán. ¿Todas las compañeras todas o sólo unas todas? Todas. ¿Aunque sean de otro planeta? ¿Cuál otro planeta? Bueno, fuimos a unos lugares que son muy otros, acaso llueve agua, llueve nieve y las niñas nos tenemos que forrar como tamale por el frío. Todas, dije. Bueno, pero ¿qué les digo o qué hago? Les tomas foto para ver si es que cumpliste el trabajo y ver cuál es la más bonitilla.
Ya lo sé cuál es la compañera la más bonitilla. ¿Quién? Mi mamá. ¿Pero quién te dijo eso? Mi papá. No vale. ¿Por qué no vale si mi papá es hombre y los hombres siempre dicen esas cosas raras de que si muy bonitilla o no mero? Bueno, pues porque tu papá tiene que decir eso porque si no tu mamá se embravece y se convierte en gorsodoma y hasta ahí nomás llegó tu papá. Es la más bonitilla. No es. Sí es. Tardan.
El Capitán como que se rinde y no tiene mucho saldo para mandar a la página el escrito de la obra y dice: “Bueno, entonces vas a buscar a la segunda más bonitilla”. “Bueno”, dice la Verónica. “Entonces te voy a prestar mi celular y tomas foto y traes para ver”, la despide el Capitán. Se va la Verónica Palomitas.
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En la siguiente escena entra la Marijose saludando al público, como si estuviera desembarcando en Vigo, Galizia. Luego dice: Aquí lo traje tu celular, capitán. ¿Cómo? Si le di a la Verónica para que toma fotos. Bueno, es que llegó la Verónica al puesto de tacos con una su banda de palomitas y pidió 5 órdenes de tacos, surtido. ¿A poco se zampó 25 tacos? No, sino que los compartió con su banda. ¿Y luego? Bueno, pues a la hora de pagar, pues no trae paga. Entonces me da el celular y me dice que queda en prenda y que ya que tenga paga viene a pagar su debe y ya le devuelvo su celular. Maldita Verónica. Entonces lo miré que es tu celular y te lo traje porque creo que va a tardar la Verónica en conseguir la paga. Bueno, ni modos, pero dile al Manuel que no se olvide de mis tacos, que ahí le voy a pagar luego. Já, dice la Marijose, o sea que lo sabe que no hay cuándo va a pagar el Capitán, mientras se retira saludando y mandando besos al público.
El Capitán revisa las fotos que tomó la Verónica de la compañera la segunda más bonitilla y son puras selfies de la Verónica haciendo caras y gestos. El capitán reflexiona y entiende que, en su cabeza de Verónica, ella es la segunda más bonitilla porque es la hija de la primera más bonitilla.
En eso llega la Verónica a cobrar los intereses de su salario como Comisión de Investigación. El Capitán le reclama que no cumplió. La Verónica alega que quién dice que no cumplió si sí lo hizo el trabajo. No hiciste. Sí hice. No. Sí. Míralo, ahí está la foto de la compañera la más bonitilla. Entrega una piedrita. Pero esto es una piedra. “No, ahí está la foto de todas las compañeras de todos los planetas. Porque todas las compañeras son las más bonitillas porque son compañeras y son compañeras porque son las más bonitillas. No hay quien más ni quien menos, sino que cabal”. Pero no se mira. Es que no sabes mirar bien, tienes que mirar dentro de la piedra. ¿Entonces la rompo la piedra? ¿Con un martillo? No, tienes que mirar dentro, pero respetando a la piedra porque la piedra no tiene delito. Pero no hay fotos. Hay. ¿Cómo sabes que no hay si no has mirado? ¿Y cómo voy a mirar? Lo agarras la piedrita y lo pones cerca de tu oreja y ahí lo vas a mirar. ¿Lo voy a mirar con la oreja? Bueno, pues de plano no entiendes. Así son los pinches hombres, que no saben mirar. Ah, y te aviso que tienes debe en la taquería, con el Manuel y la Marijose, porque en la chinga del trabajo pues tengo que comer, que sea el motor necesita gasolina. Pero fueron tacos, no gasolina. Es que hay diferentes tipos de motores. Ahí que te pasen la cuenta. Se va la Verónica Palomitas.
El Capitán queda pensando. “Bueno, pues entonces hay que cambiar de estrategia”, dice, “hay que buscar a la compañera la tercera más bonitilla”.
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Llega el Chinche a ver si ya hay razón de su encargo. El Capitán le dice que se siente, le pasa un dulce de chamoy. El Capitán tiene en las manos la piedrita que le dio la Verónica. La mira y le da vueltas. La pone cerca de su oreja. Le siguen dando vueltas. El Chinche ya se acabó el dulce y como que tose para que el Capitán vuelva a la realidad.
El Capitán suspira y le dice:
“Bueno compa, lo primero que tienes que hacer es conseguir un martillo”.
Telón… Telón… dije “Telón” … ¿?
Bueno, pues no hay telón. Era su cobija del Capitán y se la llevó. Y, como no cae el telón, entonces, como quien dice, se mira todo. Y así es como sabemos que, en Registro del Encuentro de Resistencias y Rebeldías próximo, hay ya 768 asistentes y participantes, de 37 geografías (Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Chipre, Colombia, Dinamarca, Ecuador, Egipto, Eslovenia, El Salvador, Estado Español, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gales, Galicia, Ghana, Gran Bretaña, Grecia, Guatemala, Italia, Kurdistán, Los Balcanes, Marruecos, México, Noruega, País Vasco, Panamá, Perú, Rumania, Suiza, Uruguay). Y unas 252 participaciones apuntadas.
Eso, y un mensaje corto para el Frayba:
Todas las agresiones, hostigamientos, persecuciones y ataques de los malos gobiernos a quienes tienen, en la defensa de los derechos humanos, su vocación y destino, no son sino la confirmación de que están cumpliendo con la labor que abrazaron; y que las víctimas del Poder tienen, en ustedes, una esperanza de verdad y justicia.
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¿Ahora sí telón? ¿Ya consiguieron para reponer? … ¡No chinguen, ésa es la cobija del SubMoy! ¡Corran por sus vidas!
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, mayo-junio-julio del 2025.
Imágenes de preparativos para el «Encuentro de Resistencias y Rebeldías Algunas Partes del Todo» en agosto del 2025, Terci@s Compas Zapatistas
Audio: Voz y palabras de Eduardo Galeano, «Reuniones Cumbre» y «Experto Internacional».
ESTRÉS HÍDRICO EN BAJA CALIFORNIA SUR: UNA TORMENTA CAPITALISTA DEVASTADORA
Gilberto Piñeda Bañuelos/Brigada Ricardo Flores Magón

En uno de los Conversatorios que se llevaron a cabo en el teatro Márquez de León donde participaron las organizaciones de la sociedad civil del Pacto Por Todos Santos, surgió un duda sobre los datos que proporciona CONAGUA cada dos años sobre Disponibilidad Media Anual de Agua Subterránea (DMA), la Descarga Natural Comprometida (DNC), la Recarga Media Anual (R) y el Volumen de Extracción de Aguas Subterráneas (VEAS) y las fórmulas que aplica para saber si un acuífero es deficitario o no lo es; duda que fue aclarada por l@s especialistas; esto es, si el acuífero es deficitario en Disponibilidad Media Anual de Agua Subterránea, la misma CONAGUA señala en sus estudios para cada uno de ellos que “no hay disponibilidad para nuevas concesiones”; esto es así porque NO HAY DISPONIBILIDAD DE AGUA, sin embargo, los grandes desarrollos capitalistas que se han proyectado, construidos o autorizados que están en proceso de construcción, han contado y cuentan con el dictamen de factibilidad de agua que proporcionan los Organismos Operadores de Agua Potable de los cinco municipios y de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), como condición necesaria para la autorización de las obras.
Para muestra, no tenemos que ir muy lejos en el tiempo, la reciente autorización condicionada de la SEMARNAT a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en favor de la compañía capitalista local Decope Hotelería y Turismo S.A de C.V. que intenta construir una torre de 8 pisos (comercio en planta baja, seis pisos de condominios de lujo y un piso que ellos llaman azotea, pero que en realidad es una zona de esparcimiento con albercas) dice que esta compañía cuenta con el dictamen del Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Ayuntamiento de La Paz (OOMSAPAS) según el cual no hay impedimento para utilizar el agua potable de la red municipal, hay que decir que ya es costumbre de OOMSAPAS ofrecer agua potable de la red municipal a cuanta compañía capitalista local, nacional o extranjera, se le ocurre construir sus desarrollos inmobiliarios, turísticos y comerciales en grandes extensiones del territorio o en predios de tamaño medio o pequeño, donde se levanta torres de condominio como las que se encuentran en la colonia Colina del Sol o de 18 pisos en la colonia La Posada, lo cual es un crimen, por decir lo menos, una infamia y una irresponsabilidad.
Bastaría hacer una radiografía de los acuíferos de Baja California Sur, para fundamentar este último dicho y probar que todo el territorio estatal está sometido a un estrés hídrico que se define como una “situación en la que la demanda de agua supera la cantidad disponible en un período determinado, o cuando la calidad del agua limita su uso…”, definición aceptada por las autoridades federales, estatales y municipales.
En Baja California Sur hay 39 acuíferos que estudia la Comisión Nacional del Agua, de los cuales, en los municipios del sur hay 21 acuíferos, 14 en el municipio de La Paz: (0308) LAS POCITAS-SAN HILARIO, (0309) EL CONEJO-LOS VIEJOS, (0310 MELITÓN ALBAÑEZ, (0311) LA MATANZA, (0312) CAÑADA HONDA, (0313)TODOS SANTOS, (0314) EL PESCADERO, (0315) PLUTARCO ELÍAS CALLES, (0321) SAN BARTOLO, (0322) EL CARRIZAL, (0323) LOS PLANES, (0324) LA PAZ, (0325) EL COYOTE y (0326) ALFREDO V. BONFIL; y 5 acuíferos en el municipio de Los Cabos: (0316) MIGRIÑO, (0317) CABO SAN LUCAS, (0318) CABO PULMO, (0319) SAN JOSÉ DEL CABO y (0320) SANTIAGO; mientras que en los municipios del Norte hay 20 acuíferos, 5 de los cuales están en el municipio de Comondú: (0304) LA PURÍSIMA, (0305) MEZQUITAL SECO, (0306) SANTO DOMINGO, (0307) SANTA RITA y (0327) TEPENTÚ; 3 acuíferos en el municipio de Loreto: (328) LORETO, (0329) SAN JUAN B. LONDO y (0330) ROSARITO; y en el municipio de Mulegé hay 12 acuíferos: (0301) PUNTA EUGENIA, (0302) VIZCAÍNO, (0303) SAN IGNACIO, (0331) BAHÍA CONCEPCIÓN, (0332) MULEGÉ, (0333) SAN MARCOS-PALO VERDE, (0334) SAN BRUNO, (0335) SAN LUCAS, (0336) SANTA ÁGUEDA, (0337) SANTA ROSALÍA, (0338) LAS VÍRGENES y (0339) PARALELO 28.

Vea usted los datos oficiales y diga si hay o no hay estrés hídrico en Baja California Sur:
Para empezar debo decir que en Baja California Sur, de los 39 acuíferos de los cuales en 22 de ellos hay un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -105.1 millones de metros cúbicos anuales, quitando los acuíferos superavitarios son de todas maneras -80.2 millones de metros cúbicos.
En los dos municipios del Sur hay 19 acuíferos de los cuales 11 de ellos tienen un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -64.4 millones de metros cúbicos, que distribuidos, tenemos que en el municipio de La Paz hay 14 acuíferos de los cuales 9 de ellos tienen un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -25.5 millones de metros cúbicos, mientras que en el municipio de Los Cabos hay 5 acuíferos de los cuales 3 de ellos tienen un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -38.9 millones de metros cúbicos.
En los tres municipios del Norte hay 20 acuíferos de los cuales 10 de ellos tienen un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -40.8 millones de metros cúbicos, que distribuidos, tenemos que en el municipio de Comondú hay 5 acuíferos de los cuales 3 de ellos tienen un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -32.2 millones de metros cúbicos anuales; en el municipio de Loreto hay 3 acuíferos de los cuales en uno de ellos tiene un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -2.6 millones de metros cúbicos anuales, y en el municipo de Mulegé hay 12 acuíferos de los cuales 6 de ellos tienen un déficit de disponibilidad de agua equivalente a -6.0 millones de metros cúbicos anuales.

Pregunto: ¿Hay o no hay estrés hídrico en todos los municipios de Baja California Sur?
Si la respuesta es SÍ, como la es, entonces, cobra vigencia la propuesta que han adoptado como propia el Colectivo de Académicos Sudcalifornianos, el Frente en Defensa del Agua y la Vida, el Pacto por Todos Santos y la Brigada Ricardo Flores Magón, para declarar a Baja California Sur como territorio libre de desarrollos mineros, inmobiliarios y turísticos de alto impacto por estrés hídrico. Si no es así, la tormenta capitalista que se viene en los próximos años será devastadora, será un atentado contra la vida humana, no es exageración y de eso se encargaran las diferentes cabezas de la hidra capitalista.
La Paz, Baja California Sur a 29 de julio de 2025.
27 julio 2025: VIII.- EL COMÚN CONTRA LAS CAJAS MORTALES Y LAS PIRÁMIDES. Una asamblea de jefas, jefes y jefoas.

Imagine que llega a una asamblea zapatista. Permítame acompañar su mirada y su escucha. Estamos en una reunión. Preside el SubMoy. En una mirada general (“a vuelo de pájaro”, se decía antes -ahora es “con un dron”-), puede usted detectar diferencias evidentes entre quienes participan.
De género, por ejemplo. Hay mujeres, hombres y otroas.
De calendario. Hay niños, jóvenes, adultos y personas ya de juicio (“tercera edad” o “adultos mayores”). No falta la cría que aún está en el vientre de la madre.
De lengua. Hay quienes tienen por lengua madre el Cho´ol, el Tzotzil, el Tzeltal, el Tojolabal, el Mam o Ta Yol Mam, el Zoque, el Kakchikel, y la castilla.
De geografía. Hay de las distintas zonas de pueblos originarios del suroriental estado mexicano de Chiapas.
De credos y creencias. Hay católicos, evangélicos, presbiterianos, ateos, y sin creencia definida o indefinida.
Hay diferencias también en lo que es o significa nacer, crecer, vivir, y luchar como originarios en una geografía donde ser “otro” es motivo de desprecio, explotación, represión y despojo. “Ser” donde “no ser” es la regla y el estigma para el diferente.
Por ejemplo, hay quien sostiene, argumenta, debate, grita, manotea, se enoja, bromea, murmura: “viera que no nos chingaron los reyes mayas, los aztecas, los españolistas, los curas, los franceses, los gringos, los malos gobiernos de México y el mundo, y todos los cabrones, cabras y cabritos caxlanes que llegaron nomás a ver qué roban, ya hubiéramos encontrado la cura para el cáncer, el remedio para la tristeza y el consuelo para el desamor. Para todas las demás desgracias, ahí la llevamos, aunque lentos… como el caracol”.
Y, en cambio, hay quien le contra argumenta y defiende a ciertas religiones y caxlanes; que para la tristeza ya se descubrió la cumbia; y que, para el desamor, cualquier carpintero sabe que “un clavo saca a otro clavo”.
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Ahora busque semejanzas, identidades comunes.
Bueno, la primera que salta es que esas personas son zapatistas. Eso usted lo supone porque el gran galerón en el que se encuentran reunidas está en un caracol. Un “puy”. Esos como centros de trabajo y reuniones, donde suelen haber clínicas, a veces laboratorios, campos deportivos, tiendas de colectivo y del común, comedor, templetes, y gente caminando de un lado a otro.
Es posible que ahí ande también la Verónica Palomitas, quien tiene su propio servicio de mensajería. A cambio de un dulce, usted puede encargarle que vaya a conseguirle algo de la tienda cooperativa. La Verónica Palomitas se monta en su bicicleta y pedalea sin descanso para cumplir la misión. No importa la distancia. Así sean hasta 100… metros, la jefa en funciones del Comando Palomitas le asegura que su pedido llegue a sus manos de usted.
Sin embargo, a pesar de las evidencias, puede ser que no todos sean zapatistas. Es normal que, a veces, lleguen hermanos no zapatistas a algún servicio de salud -el ultrasonido, por ejemplo-, a pedir orientación sobre algún asunto, a echar fiesta o simplemente a pasear.
Si esperamos a la hora del pozol (esa especie de “break lunch” que se acostumbra en zonas campesinas en el trabajo o en sus largas reuniones), les escuchará hablar y sonreír en lenguas que usted supone originarias porque no entiende nada. Porque sí, no es lo mismo reírse en tzeltal que en tzotzil o cho´ol.
Ni llorar.
El finado supGaleano acostumbraba desesperar a la Verónica Palomitas cuando se ponía a chillar: “no te entiendo si lloras en cho´ol”, le decía y la Verónica se desconcertaba. “Viera que chillas en castilla, tal vez te entiendo”. La niña trataba de averiguar cómo se llora en castilla, pero ya se le había olvidado por qué era el berrinche…
Ah, ya. Unas chanclas muy bonitillas que la Verónica Palomitas miró en la tienda cooperativa. Su papá le decía que “no hay la paga” y el finado divagaba porque le argumentaba que eran mejor las botas. Inútil todo, por eso la chilladera. Nada grave, porque el Capitán, siempre prevenido, sacaba de su chistera… ¡un dulce de chamoy! Y entonces la Verónica y el Capitán se ponían a planear cosas terribles y maravillosas… como una obra de teatro con notas de pie de página. Pero todo eso son secretos que no se van a publicar… todavía.
Pero no se distraiga, concéntrese. Las semejanzas no son concluyentes, porque el ser originarios lo comparten con millones en México y en el mundo; el ser zapatistas con cientos de miles; el ser mujeres o varones u otroas también lo comparten con millones.
Cierto, tiene usted razón. Es palpable que esas personas no están ahí para quejarse, sea de su mala suerte, sea de que nacieron indígenas, sea que los han despojado, explotado, despreciado, reprimido. En fin, esa historia que comparten con otros pueblos originarios del mundo.
No se escuchan quejas más allá de que duele su panza porque los tamales estaban crudos, o porque ya entró su sueño, o porque ese otro compa usa palabras muy duras que ni él entiende, pero ni modos, hay que respetar su palabra.
Pero no se engañe, el silencio que se escucha no es de acuerdo, aceptación o resignación. Es de pensamiento.
Tampoco crea que todo transcurre en calma, no. Hay discusiones, y fuertes. No hay gritos y sombrerazos porque son pocos los que usan sombrero. Digamos que hay “gritos y cachuchazos”. Las compañeras suelen ser más letales: se lanzan mal miradas y gestos. Y no hay trifulcas con sillas como arma y escudo, porque… no hay sillas, sino unas bancas que disuaden cualquier carrera armamentista (pesadas pues).
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Ah, es cierto. Entre las diferencias está su historia como zapatistas. Los hay quienes, en la clandestinidad, prepararon el relámpago de enero de 1994. Quienes marcharon, armados de verdad y fuego, en las calles de 7 cabeceras municipales que fueron tomadas por “los indios”. Veteranos combatientes, viejos guerrilleros, responsables locales, de región y de zona, comandantas y comandantes del llamado “Comité Clandestino Revolucionario Indígena”.
Están quienes eran unas crías en el alzamiento, y crecieron en medio de traiciones de todo tipo, ataques y hostigamientos de los ejércitos, las policías, los paramilitares. Quienes levantaron la autonomía zapatista.
Están quienes han nacido en los últimos 30 años y que levantaron escuelas, clínicas y toda la estructura organizativa de la autonomía zapatista. Quienes han organizado encuentros, festivales, semilleros, torneos, juegos, artes, cultura. Quienes son Tercios Compas, Promotores de Educación, Promotores de Salud, Coordinadores de Arte y Cultura, pintores y pintoras, teatristas, canta-autores, bailarines y bailarinas, músicos y músicas (sin agraviar), albañiles, poetas, carpinteros, novelistas, mecánicos, choferólogos, milicianas, milicianos y milicianoas, poetizas, insurgentas e insurgentes, autoridades autónomas, cineastas, escultores, comisiones de todo lo necesario (comisión de templete, de limpieza, de estacionamiento, de letrinas, de bañaderos, de perritos y gatitos, de cocina, de leña, de vigilancia, de tienderos, de taquería, de tamale crudo, de pirámide, de musicales, de motor, de agua, de luz, de… ¿escarabajos?)
Y, claro, están las crías que se dedican a lo que toda cría en el mundo debería dedicarse: a hacer travesuras.
Tres generaciones. Cuatro si tomamos en cuenta a la niñez. 5 contando la que viene en camino.
En fin, una sociedad más o menos compleja. Con sus trabajos y sus disputas. Con la forma que estas mismas comunidades se han dotado para organizar los primeros y resolver las segundas.
Lo que se aprecia es la seriedad de la reunión. La misma seriedad con la que decidieron y llevaron a cabo un alzamiento; la misma seriedad con la que decidieron la autonomía y la levantaron; la misma seriedad con la que definieron su camino con dos palabras “Resistencia y Rebeldía” -y la luchan y la viven día y noche-; la misma seriedad con la que llamaron a la lucha por la vida; la misma con la que ahora planean este próximo encuentro.
La misma seriedad con la que se miraron en el espejo de la práctica, criticaron no el reflejo que les devolvía el espejo, sino lo que eran y son, y así se reconstruyeron.
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Muchas personas. Muchas diferencias. Y lo que tienen en común en realidad no les hace diferentes a otros, otras, otroas en el mundo.
Pero encontraron un punto de coincidencia. Un común. Algo en lo que coinciden y no les demanda dejar de ser lo que son, ni renegar de su historia, sus raíces, su modo. Algo a lo que pueden aportar, apoyar, con sus conocimientos, trabajos, opiniones, dudas.
Ya. Son parte de lo que se conoce como “Interzona”. Pero sólo una parte, porque hay autoridades de Inter-ACGAZ, ACGAZ, CGAZ y GAL. Hay coordinadores. Hay jóvenes de las distintas áreas. Mucha juventud. Mucha bulla.
Ahora les une un propósito común: dar de entender a otras geografías, modos, géneros, lenguas, generaciones, el cómo, contra una pirámide, se construyó otra; cómo fue derribada esta última; y cómo el común fue y es machete, hacha, barretón, martillo, que la edificó primero, y que luego la destruyó para así destruir la más grande: el sistema. El capitalismo, la pirámide madre, la que bajo su sombra y jerarquía ha visto nacer y crecer otras pirámides: el patriarcado, la homofobia, el vanguardismo, el autoritarismo, la psicopatía hecha gobierno, los nacionalismos, la destrucción criminal de la naturaleza, las guerras.
Y el por qué hay que destruir la pirámide, cualquier pirámide, todas las pirámides.
Es una asamblea por el modo. Pero no se reunieron para enterarse, sino para sacar un acuerdo del qué, cómo, dónde, por qué.
Una reunión para acordar y organizarse. Para preparar todo de modo que nuestras compañeras, compañeros y compañeroas de México y el mundo, se sientan como es de por sí, es decir, en compañía.
Y toda esta bulla para prepararse para un encuentro. Uno con compañeros, compañeras y compañeroas semejantes en sus diferencias. Uno internacional. Uno por la vida.
Desde las Montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, julio del 2025.
Imágenes de preparativos para el «Encuentro de Resistencias y Rebeldías Algunas Partes del Todo» en agosto del 2025, Terci@s Compas Zapatistas
El Modelo Industrial que devora Ensenada

Por Nysa Moreno
El modelo portuario de Ensenada no crece por necesidad, sino por automatismos burocráticos que ignoran el contexto territorial. Se trata de un puerto de aguas profundas que opera desde finales del siglo XIX y que hoy cuenta con 13 sitios de atraque y 6 muelles, se manejan cargas contenerizadas, graneles, cruceros, pesca comercial y deportiva, astilleros y marinas.
La Administración Portuaria Integral (ASIPONA) controla una franja costera de 3,376,920 m² (337 hectáreas) dentro de un polígono portuario de 340 hectáreas —sin incluir su zona marítima—, lo que ilustra el grado de ocupación del litoral.
Para tener una idea de su magnitud, esas 337 hectáreas superan la suficiente para construir cinco aeropuertos regionales, o tal vez ocho campus universitarios como el de la UABC Ensenada. Es una franja costera equiparable, en superficie, a varias lagunas costeras o zonas de anidación de aves marinas.
Son más de tres millones de metros cuadrados bajo régimen industrial. ASIPONA controla más costa que muchas colonias enteras de la ciudad. Un litoral entero bajo llave, administrado por una paraestatal centralizada sin contrapesos democráticos.
En 2013, se documentó que varios de sus muelles tienen calados de hasta 14.5 metros y una capacidad para recibir buques de hasta 305 metros de eslora, incluyendo dos muelles principales de 300 y 186 metros, así como terminales contenerizadas equipadas con grúas pórtico (RTG), patios de almacenamiento y una capacidad operativa de 300, 000 TEU (unidades de contenedor), con planes de ampliación a 400,000.
En el primer bimestre de 2024, el puerto movilizó más de 618 mil toneladas, con un crecimiento del 15.9 % respecto al mismo periodo del año anterior. Solo en 2022, se manejaron más de 3.7 millones de toneladasy 436 mil TEU, reflejando un incremento del 10.4 % respecto a 2021.
A pesar de esta expansión sostenida, el discurso institucional insiste en que la infraestructura actual es insuficiente y que, por tanto, se requiere una ampliación complementaria en El Sauzal. La evidencia técnica desmiente tal argumento.
Desde 2015, el mismo puerto buscó duplicar su capacidad de operación de 280 mil a 500 mil TEU anuales mediante una reingeniería portuaria y ampliación de patios. Actualmente, hay más de 436 mil metros cuadrados dedicados exclusivamente al almacenamiento de contenedores, lo que contradice de manera directa cualquier argumento de saturación.
Una economía de paso: el dinero se va, el daño se queda
En lugar de evaluar cuánto de la mercancía que transita por Ensenada se queda en el país —cuánto valor agregado bruto llega a manos de la comunidad local—, los servidores públicos optan por ampliar el puerto. Nadie rinde cuentas sobre quién gana y quién pierde, sobre si los beneficios se quedan en el territorio o se fugan al extranjero. Mientras el litoral se privatiza, se ignoran los costos ecológicos, las pérdidas comunitarias y el vaciamiento fiscal.
En 2023, la ASIPONA Ensenada reportó ingresos por 483.9 millones de pesos, de los cuales 221 millones provinieron de la cesión parcial de derechos —es decir, concesiones y contratos privados—, y 170 millones por uso de infraestructura como atraque, muellaje y almacenaje portuario. Esto significa que cerca de un 45% de sus ingresos no provienen de la operación directa del puerto, sino de la subcontratación y privatización del espacio público portuario.
La Ley de Puertos obliga a la contraprestación al Gobierno Federal, pero esa aportación apenas llega al 4.5% de los ingresos brutos, cifra que ronda los 19.6 millones de pesos en 2023 —una mísera fracción de lo cobrado—. El resto queda en manos de la paraestatal y sus operadores, sin una inversión proporcional en infraestructura comunitaria o mitigación ambiental.
Los estados financieros también revelan que ASIPONA no reinvierte todos sus ingresos en la modernización del puerto o en infraestructura pública. Por ejemplo, en 2023 se destinó menos del 50 % del presupuesto ejercido a “servicios generales”; no obstante, se aprobó la construcción de oficinas operacionales en El Sauzal por casi 210 millones de pesos. Dichos fondos provienen en última instancia, del erario público: de impuestos federales, estatales y recursos canalizados a través de fideicomisos y presupuestos de infraestructura que deberían destinarse al bienestar colectivo.
Mientras tanto, despuntan nuevas licitaciones para concesiones urbanas, marinas comerciales y recintos turísticos dentro del polígono portuario.
Se trata de un modelo donde se privatiza el puerto, se concentra el capital y se externalizan los costos. La mercancía pasa, el dinero se va y el litoral queda como una carga fracturada: residentes sin playas, sin acceso al mar y un ecosistema devastado, dejado al borde de su declive. Financiado, paradójicamente, por las propias arcas públicas.
Una ciudad que ya no mira al mar
La narrativa del progreso logístico ha logrado ocultar una verdad incómoda: Ensenada ya vive de espaldas al mar. El litoral está fragmentado entre concesiones industriales, zonas militares, terminales privadas y desarrollos turísticos excluyentes.
La ciudad sufre un proceso acelerado de industrialización costera que excluye a la población, degrada sus playas, contamina sus mares y refuerza un modelo logístico que extrae valor sin redistribuirlo. Las olas, el acceso al litoral, las especies marinas, las economías comunitarias —todo lo que constituye el bien común— queda subordinado a la promesa de crecimiento portuario.
La ampliación del puerto en El Sauzal, se invoca como un “dogma”, como algo inevitable, pero se ejecuta como una coartada. Ensenada no necesita más concreto, más terminales, más carriles industriales. Necesita una redefinición de sus prioridades.
No se fortalece el puerto existente, ni se mejora su conexión logística; se está optando por otro eslabón en la cadena de megaproyectos extractivos. Y lo hacen sin una Evaluación Estratégica Ambiental actualizada, sin un análisis financiero de las ganancias ni para la ciudad ni la nación, sin Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), y sin cumplir con los principios de progresividad, precaución y transparencia establecidos en instrumentos como el Acuerdo de Escazú, el derecho al medio ambiente sano (art. 4 Constitucional) o la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
No se trata solo de una omisión en la consulta pública, sino de un desdén estructural hacia las prioridades urbanas y ecológicas. La franja costera está saturada de concesiones industriales, y la ciudad vive —literalmente— de espaldas al mar. Las consecuencias ya no se limitan al puerto: la expansión industrial impacta tanto el litoral como las zonas interiores, afectando cuencas, acuíferos, ecosistemas y tejidos sociales.
La mentira del desarrollo: beneficiarios sin territorio
Los beneficios prometidos por el proyecto —como la generación de empleos— son insignificantes frente al volumen de impactos proyectados. Según el informe derivado del foro ciudadano organizado por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), el número estimado de empleos es de apenas 400, y muchos de ellos serán temporales. Esa cifra representa menos del 0.1% de la población del municipio.
El discurso del desarrollo se sostiene en promesas vagas, mientras se ocultan las consecuencias irreversibles. El modelo portuario no ha sido pensado para integrar a Ensenada, sino para atravesarla. Su trazo responde a lógicas de exportación intensiva y almacenamiento de mercancías, sin resolver las profundas deficiencias urbanas que arrastra la ciudad.
El Plan Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU) 2020–2040 advierte que el crecimiento urbano de Ensenada ha sido desordenado, empujado por la especulación del suelo y por la ocupación de zonas ambientalmente frágiles. También reconoce la urgencia de fortalecer los núcleos existentes antes de promover la expansión de la mancha urbana o industrial.
La ampliación del puerto contradice esta directriz: en vez de consolidar lo que ya existe y corregir sus fallas estructurales, se elige reproducir el mismo esquema fallido que ha generado zonas con servicios colapsados, suelos contaminados y una población urbana precarizada.
El puerto de El Sauzal: relicto obsoleto
El puerto de El Sauzal, ubicado al norte del recinto principal de Ensenada y frente a las olas rompientes de la punta Stacks, es una infraestructura anacrónica que opera de manera ineficiente y contaminante. Concebido como un respaldo logístico del Puerto de Ensenada para mover astilleros y pesca —incluso se proyectó su uso para contenedores y graneles agrícolas—, fue construido en la década de 1990 y comenzó operaciones en 1994, pero nunca fue modernizado.
Desde su origen fue construido sin estudios oceanográficos adecuados que tomaran en cuenta la complejidad de la dinámica marina del lugar. Las escolleras y muelles alteraron los patrones naturales de oleaje y sedimentación, lo que resultó en una infraestructura físicamente incompatible con su entorno. El resultado ha sido una acumulación de impactos: erosión costera, pérdida de calidad en las rompientes históricas de oleaje para surf de la zona —incluyendo las Puntas El Pico y La Barra—, y aguas turbias con altos niveles de contaminación química —tanto en el mar como en los sedimentos—, incluyendo residuos persistentes de diésel y otros hidrocarburos, como resultado de un modelo que combina mal diseño físico con abandono institucional.
Hoy, sus 150,000 metros cuadrados (15 hectáreas) de superficie y profundidades variables entre 1 y 9 metros evidencian su limitación técnica, mientras los impactos ambientales y urbanos derivados de su operación afectan directamente a la comunidad local y a los ecosistemas marinos.
A esto se suma la planta de tratamientos de aguas residuales que opera en condiciones ineficientes. No solo presenta un deterioro estructural evidente, sino que fue diseñada como planta biológica, no bioquímica, lo que la vuelve inadecuada para tratar residuos industriales altamente contaminantes.
Esta deficiencia técnica se agrava porque la planta no solo recibe descargas del recinto portuario, sino también de la zona industrial circundante. El resultado es un sistema obsoleto que vierte contaminantes sobre un litoral ya erosionado por obras mal planeadas, sin capacidad real de mitigar impactos acumulativos sobre el ecosistema costero.
A pesar de su estado crítico, se ha anunciado un proyecto de “regularización, modificación y ampliación” de dicha planta —según lo publicado en la Gaceta Ecológica número 29/25 de SEMARNAT (18 de julio de 2025)— que pretende incrementar su capacidad de tratamiento de 75,000 m³/año a 237,000 m³/año, más del triple, sin presentar ningún Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) visible, ni caracterización clara de los residuos a tratar. Se menciona que el afluente proviene de “10 plantas pesqueras”, pero no se explicita si los vertidos contienen sangre, grasas, químicos o metales pesados.
Este documento —en apariencia técnico y transparente— revela una ambigüedad estratégica como táctica institucional del modelo portuario: avanzar sin documentos completos, sin información técnica verificable y sin evaluación de impactos acumulativos, para evitar impugnaciones legales anticipadas.
Además, se establece una vida útil de 99 años, confirmando que esta infraestructura no es provisional, sino parte integral del modelo de enclave logístico-industrial que se impone sobre el litoral sin consulta pública ni fiscalización comunitaria.
Se trata, en efecto, de infraestructura estratégica encubierta, necesaria para sostener los desechos del extractivismo portuario, incluso más allá del sector pesquero. La descarga está planeada justo frente a la línea de costa de El Sauzal (latitud 31º53’33.94”, longitud 116º42’20.50”), pero no existe ningún análisis sobre cómo esto afectará la corriente marina, las rutas migratorias, la salud pública, la salud ambiental de la zona o el turismo.
Así, el modelo portuario no solo transforma el paisaje: reconfigura los marcos legales, administrativos y ambientales para institucionalizar el deterioro sin que exista una narrativa pública clara del daño que se produce.
El puerto, además de no contar con una adecuada planta de tratamientos de aguas residuales, no cuenta con grúas RTG, calados profundos ni cadenas logísticas eficientes, lo que lo vuelve ineficiente para operaciones de gran volumen. A esta precariedad operativa se suma un impacto ecológico alarmante. Surfistas, comunidades de pescadores y vecinos han denunciado de forma reiterada la alta turbidez del agua, residuos químicos, bacteriología nociva, descargas irregulares, derrames de diésel, olores fétidos persistentes y el progresivo deterioro del acceso público al mar.
Todo ello configura un paisaje de saturación ambiental que debería llevar a una pausa crítica, no a una expansión desmesurada.
Ampliar el puerto sin una auditoría ambiental profunda y sin garantizar mecanismos de compatibilidad territorial equivale a institucionalizar el deterioro.
ASIPONA, la paraestatal responsable de esta infraestructura, desde su origen, el puerto de El Sauzal ha sido gestionado como parte del sistema federal portuario, lo que implica que su operación y su eventual ampliación no son incidentes aislados, sino parte de una estrategia de expansión industrial orquestada desde el aparato central.
El mar, la costa y el municipio de Ensenada como zona industrial
La planta Energía Costa Azul (ECA LNG), operada por Sempra Infrastructure en el litoral norte de Ensenada, encarna con claridad la lógica extractiva del modelo industrial transnacional. Este megaproyecto, que está por iniciar su fase de precomisionamiento, licúa gas natural proveniente del suroeste de Estados Unidos —transportado por el Gasoducto Rosarito y la reciente expansión North Baja Xpress (0.5 Bcf/d)— para exportarlo a Asia. Con una capacidad anual de 3.25 millones de toneladas, ECA LNG utiliza agua de mar para enfriar el gas a -162 °C, alterando térmicamente el océano y afectando ecosistemas costeros, incluyendo las rutas migratorias de especies como la ballena gris.
Se estima que para 2026, este complejo energético generará una demanda de 425 millones de pies cúbicos diarios, intensificando la presión sobre territorios disputados como El Sauzal y Punta Colonet. Esta infraestructura no opera de manera aislada: se articula con corredores ferroviarios y logísticos diseñados para movilizar mercancías —incluido el carbón de Utah— por rutas mexicanas que eluden la oposición comunitaria enfrentada en California.
El gas no es el único vector de transformación: la agenda logística también contempla el carbón.
En junio de 2025, una agencia estatal de Utah discutió destinar 50 millones de dólares de fondos públicos para facilitar la exportación de carbón hacia Asia. El plan original —exportar desde Oakland— quedó estancado por la oposición comunitaria y las demandas judiciales. La alternativa ya está sobre la mesa: usar terminales en México. El documento oficial lo dice sin rodeos: Ensenada y Punta Colonet podrían ser los nuevos puntos de salida de uno de los combustibles fósiles más contaminantes del planeta.
Esta maniobra no solo externaliza los impactos sanitarios y ambientales hacia el sur, sino que inserta al litoral mexicano en una cadena energética global que el propio norte global está intentando clausurar en su territorio por razones de salud pública, justicia ambiental y emergencia climática.
En 2019, la Oficina de Desarrollo Energético de Utah firmó un acuerdo con SEDECO Baja California (actual Secretaría de Economía e Innovación), para explorar la exportación de carbón vía Ensenada. El carbón viajaría por trenes de carga desde Estados Unidos, en tolvas abiertas, cruzando cuerpos, sierras y pueblos, hasta desembocar en una bahía biodiversa que pronto podría convertirse en zona fiscalizada.
Ensenada asume los costos ecológicos: agua contaminada, frío artificial, especies desplazadas, litoral concesionado y un ecosistema en declive.
El carbón es solo una parte del rompecabezas. A mediados de 2025, 129 carrotanques cargados con hidrocarburos ilegales fueron asegurados en Coahuila, en lo que diversos medios calificaron como uno de los decomisos más grandes en la historia del país. La empresa involucrada fue Ingemar S.A. de C.V., con sede operativa en Ensenada y estrechos vínculos con el puerto de El Sauzal. De acuerdo con reportes periodísticos locales, el exgobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, figura como socio mayoritario de esta compañía, la cual también ha sido relacionada con movimientos portuarios y flujos de combustible a través de esa terminal.
El episodio no es menor: revela cómo las plataformas logísticas pueden ser aprovechadas no solo por cadenas legales de suministro, sino también por redes de saqueo energético, aprovechando vacíos de fiscalización y marcos portuarios fragmentados.
A finales de 2025, Singapur realizará su primera visita de Estado a México, con el objetivo de establecer una embajada permanente y consolidar el llamado Plan México. Lejos de ser un gesto meramente diplomático, esta alianza bilateral busca implementar una arquitectura logística global que convierta los litorales mexicanos en nodos automatizados del comercio transoceánico. Singapur no es cualquier socio: representa uno de los modelos portuarios más tecnificados y territorialmente agresivos del planeta, donde el espacio ha sido subordinado por completo al capital logístico.
En este contexto, el caso de Ensenada no aparece como excepción, sino como un eslabón estratégico en una cadena mayor, que redefine las costas no como bienes comunes sino como plataformas de tránsito al servicio de intereses transnacionales. La ampliación del puerto forma parte de macroproyectos como el Corredor Interoceánico y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que promueven la integración logística regional bajo criterios de “eficiencia” para las cadenas de suministro globales, subordinando las decisiones locales a los intereses del comercio transnacional.
Es decir, estos tratados transforman el territorio y el mar en pasillo logístico, donde las decisiones sobre uso de suelo, inversión pública y regulación ambiental no se toman en función del interés local, ni siquiera del interés nacional, sino de la competitividad global.
Ensenada, una franja de servidumbre logística y energética, subordinada a los intereses de exportación transnacional.
La vía legal ante el despojo
Si juntamos los daños ambientales que ya existen desde la creación del puerto de Ensenada —sumando el litoral ocupado por esta paraestatal—, emerge una evidencia difícil de ignorar: existe una omisión sistemática del Estado frente a un proceso acumulativo de deterioro costero.
La expansión portuaria en Ensenada también desmonta, con silenciosa eficacia, las garantías legales mínimas. El modelo avanza sin documentos visibles, sin MIA publicada, sin dictamen de uso de suelo, sin consulta pública. Y esa ausencia no es inocente: se trata de una ambigüedad estratégica cuidadosamente construida. Una táctica institucional que impide el inicio de acciones legales, al mantener todo en una zona gris donde no hay “acto de autoridad” que pueda ser impugnado.
Este vacío documental no es un error: es el método. Así operan los llamados proyectos de “interés nacional”, como el Tren Maya o el Corredor Interoceánico. La opacidad se vuelve escudo, y el puerto avanza como un hecho consumado que no puede ser detenido legalmente porque, en papel, aún no ha ocurrido.
A esto se suma un elemento que agrava el escenario: el CICESE, centro encargado de elaborar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto, alberga en su plantilla al doctor Julio Sheinbaum, hermano mayor de la presidenta Claudia Sheinbaum. Aunque se trate de un investigador reconocido, su vínculo familiar con la titular del poder ejecutivo federal —y el hecho de que dicho proyecto esté respaldado por la Secretaría de Marina— coloca al CICESE en una posición ambigua, donde la independencia técnica y científica de la MIA podría verse comprometida. No se trata de acusaciones personales, sino de un posible conflicto de interés que, por ética pública, debería al menos ser discutido y visibilizado.
A esto también se suma que Claudia Agatón, presidenta municipal de Ensenada, hizo pública su cercanía con Julio Sheinbaum y su reunión reciente en el puerto, lo que podría interpretarse como parte de una estrategia de cabildeo político o de construcción de alianzas para legitimar el proyecto frente a la opinión pública local.
Frente a este escenario, ya no basta con exigir consultas públicas simbólicas ni diálogos estériles, ni esperar el acto de autoridad. La vía legal cobra nueva fuerza: pueden activarse juicios de amparo por daño ambiental continuado. Se trata de construir un expediente jurídico desde las omisiones. Porque también se puede impugnar lo que el Estado deja de hacer. Existen precedentes para promover amparos por daño ambiental continuado o por omisiones deliberadas.
Además del amparo indirecto, pueden explorarse otras vías: juicio popular ambiental, denuncias ante la CNDH por violaciones al derecho humano a un medio ambiente sano, y la revisión jurídica de las concesiones portuarias, especialmente si se demuestra que su vigencia es opaca o irregular.
Lo que está en juego no es solo el mar: es el principio mismo del Estado de derecho. Un modelo que transforma bienes comunes en plataformas de exportación sin retorno, que desplaza ecosistemas, comunidades y leyes. Un modelo fiscalmente regresivo, donde ni siquiera las trasnacionales que usan y contaminan el territorio pagan por su impacto.
La defensa legal —aun sin sentencia inmediata— cumple una función crucial: desenmascarar esta táctica institucional, visibilizar el despojo silencioso y devolverle al pueblo el derecho a defender su litoral.
Cabe destacar que esta discusión ocurre en un contexto internacional determinante: en julio de 2024, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya inició la deliberación sobre las obligaciones jurídicas de los Estados en relación con el cambio climático. Esta resolución, impulsada por países del Pacífico como Vanuatu, apunta a establecer responsabilidades legales frente al deterioro ambiental. En este marco, resulta imprescindible examinar también el papel del Estado mexicano en proyectos portuarios que comprometen ecosistemas marinos y costeros bajo regímenes industriales sin evaluación ambiental robusta ni contrapesos democráticos. Ensenada no puede quedar fuera de este debate global, ni mucho menos seguir siendo sacrificada en nombre del “progreso” mientras se despoja a su pueblo del mar, la salud y el derecho al litoral.
Fuentes consultadas
- Auditoría Superior de la Federación (2023). Informe de Auditoría de Cumplimiento 2023-0004-19GB4-21-000. ASF.gob.mx
- Secretaría de Marina / SEMAR (2022). Evaluación del diseño del Programa Anual de Ejecución 2022 (PAE). SEMAR.gob.mx
- N+ (2024). Investigan a empresas vinculadas con decomiso de hidrocarburo en Coahuila. nmas.com.mx
- Natural Gas Intelligence (2023). Sempra LNG Mexico. Base de datos de publicaciones. naturalgasintel.com
- Agatón, Claudia (2025). Publicación sobre encuentro con Julio Sheinbaum en el puerto de Ensenada. Facebook. facebook.com/claudia.agaton.7
- SEMARNAT (2025). Gaceta Ecológica No. 0029-25. Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental. https://sinat.semarnat.gob.mx:8443/Gacetas/archivos2025/gaceta_0029-25.pdf
- Ley de Puertos (última reforma DOF). https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htm
- Corte Internacional de Justicia (CIJ). (23 julio 2025). Obligations of States in respect of Climate Change (Advisory Opinion)
- Forbes México. (22 de julio de 2025). En opinión histórica, Corte Internacional de Justicia dice que el cambio climático es una amenaza existencial. https://forbes.com.mx/en-opinion-historica-corte-internacional-de-justicia-dice-que-el-cambio-climatico-es-una-amenaza-existencial/
ALLANAMIENTO A LA VIVIENDA DE LA DIRECTORA DEL FRAYBA.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
24 de julio de 2025
Boletín No. 05
Allanamiento a la vivienda de la Directora del Frayba
- En riesgo a la vida e integridad de personas defensoras en el estado “más seguro de México”.
- En menos de 10 meses 2 hallanamientos contra integrantes del Frayba.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) manifiesta su profunda preocupación ante el allanamiento a la vivienda de nuestra Directora, Dora Roblero, ocurrido la noche del 22 de julio de 2025 en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Este hecho no es aislado. Tal como lo documentamos en nuestro informe más reciente “Chiapas, en la espiral de la violencia armada criminal y criminal”, la situación de riesgo para quienes defendemos los derechos humanos en la entidad se ha recrudecido. En menos de diez meses, este sería el segundo allanamiento contra un integrante del Frayba, en un contexto marcado por hostigamientos, intimidaciones y vigilancia sistemática denunciados ante instancias del gobierno federal y estatal, así como ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que otorgó al Frayba las Medidas Cautelares MC-5210.
Cabe señalar que Dora Roblero fue recientemente ratificada como Directora del Frayba por su Consejo Directivo el pasado 4 de julio, en el mismo contexto en el que se perpetra este acto violento como una medida represiva en torno a la continuidad política de este Centro.
El allanamiento ocurrió aproximadamente a las 19:52 hrs., cuando una vecina advirtió que la puerta de entrada de la casa de Dora Roblero estaba abierta, tras recibir el aviso, Dora les solicitó encendieran la luz de la sala y cerraran la puerta, al hacer este hecho se percataron de un ruido en la planta alta, por lo que procedieron a cerrar inmediatamente la puerta y retirarse del lugar, acto seguido arribaron para acompañar integrantes del equipo Frayba, quienes llegaron al domicilio a las 20:30 hrs.
A su llegada, constataron varios signos de irrupción: las lámparas de la calle no funcionaban, pese a estar activadas por sensores de movimiento, la chapa de la puerta principal estaba forzada, una silla había sido desplazada hacia la cocina, la puerta del traspatio carecía de pasador, una ventana del segundo piso se encontraba abierta de par en par, un frasco de champú estaba tirado en la regadera.
Ante la gravedad de lo observado, a las 21:30 horas se activó el botón de emergencia del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos. Sin embargo, la respuesta institucional fue negligente y evasiva. A las 21:39 hrs., un agente estatal se comunicó únicamente para preguntar sobre las medidas cautelares, sin ofrecer respaldo ni canalizar acción alguna. Dora señaló que jamás recibió los números de contacto de los agentes responsables de los rondines en su domicilio. Como única sugerencia, el agente le indicó que marcara al 911.
La desprotección continuó. A las 22:02 PM, una patrulla de la Policía Municipal llegó al lugar con cuatro elementos, quienes se limitaron a levantar una entrevista sin diligencia alguna. A las 22:40 hrs., llegaron cuatro agentes de la Guardia Estatal, sin que se activara un protocolo adecuado de protección, retirándose del lugar a las 23.00 hrs.
Ante estos hechos realizamos la denuncia formal ante la Fiscalía de Distrito Altos, por los delitos de allanamiento y los que resulten con el número R.A. 0958-078-0305-2025. Es claro que la justicia no vendrá del gobierno mexicano, así lo demuestra los casos de impunidad que se mantienen como una loza inquebrantable como es el caso de Simón Pedro o el caso del Padre Marcelo.
Este acto constituye una grave violación a los derechos humanos y al marco de protección internacional, pues transgrede las medidas cautelares dictadas por la CIDH, que el Estado mexicano está obligado a cumplir. Más aún, representa una agresión directa contra Dora Roblero, el Frayba como institución y quienes les integran, una clara represalia por su labor de defensa y denuncia ante las múltiples violencias que se ejercen en Chiapas.
En el Frayba hemos documentado este hecho como parte de una serie de agresiones que evidencian el grave deterioro en la garantía de derechos humanos en México, especialmente para quienes luchan por la justicia desde los territorios.
La omisión, descoordinación y falta de voluntad institucional es parte de una política sistemática de desprotección que expone constantemente a quienes defienden la vida y el territorio, en contradicción con el discurso oficial del gobierno estatal, que prioriza la propaganda y el control poblacional por encima de la garantía de derechos, vaciando de contenido conceptos de paz y justicia, utilizándolos de una manera publicitaria y trivial.
Exigimos al Estado mexicano: Que garantice plenamente y de manera inmediata la seguridad integral de Dora Roblero y del equipo del Frayba; que se investigue con seriedad y sin dilación el allanamiento ocurrido; que se cumpla cabalmente con las medidas cautelares dictadas por la CIDH; se ponga fin a las omisiones y simulaciones institucionales que vulneran los derechos de quienes defienden la vida y la dignidad. Convocamos a personas, organizaciones y colectivas solidarias a manifestarse frente a esta violencia directa y estructural promovida por los gobiernos federal y estatal; en estos momentos obscuros es vital defender y proteger la vida de quienes luchan por los derechos humanos, de la tierra y el territorio en Chiapas.
20 julio 2025: posdatas 3 VII.- PREGUNTAS, IMÁGENES Y SENTIMIENTOS

¿Cuál imagen le conmueve?
¿La de un niño extraviado en una multitud de adultos? ¿La de una niña que no sabe aún que es sólo una pieza de cacería?
¿La de una mujer desaparecida, atrapada en el limbo de la violencia sin fin, atenida sólo a que sus cercanos le busquen porque las autoridades sólo están preocupadas por las estadísticas (las oficiales, porque la reales no se pueden manipular)?
¿La de una madre, con todo el dolor tatuado en el rostro, buscando a su cría desaparecida?
¿La de los cadáveres de infantes entre los escombros de Gaza?
¿La del migrante hombre, mujer, otroa (no importa el género sino el color de piel), que descubre que el terror no reconoce fronteras ni nacionalidades, y que tiene que agregar a las remesas el envío de miedo y desesperanza?
¿La de loa otroa, orgullosa de su ropaje de luces, con el rostro descompuesto al ver acercarse las luces rojas y azules de la policía?
¿La de la familia del trabajador, la empleada, el chofer, la repartidora, el albañil, la profesora, que no puede disponer del seguro porque el abogado del patrón “demostró” que el accidente que le costó la vida “no fue en horario laboral”?
¿La del pueblo originario (el Tata Juan Chávez nos enseñó que así se nombra a quien el de arriba llama “indio”, y que hay pueblos, naciones, tribus y barrios originarios) que mira desconcertado al que tiene su mismo color de piel pero no de corazón (ahora es funcionario -que quiere decir que tiene el color del dinero)-, que le dice algo y le entrega papeles, y ese pueblo no entiende que le están diciendo que será desalojado porque es invasor de la tierra que trabajaron sus padres y madres, sus abuelas y abuelos, sus bisabuelos y bisabuelas y así hasta siglos antes, pero que no se preocupe porque con esa mina, ese campo de fotoceldas, ese complejo turístico, esa autopista, ese tren turístico, ese centro comercial, llegará el progreso y la civilización y al fin podrá volver a ser peón de un nuevo hacendado?
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¿Cuál imagen le indigna?
¿La de Trump masturbándose mientras ve las noticias de más y más infantes asesinados en Palestina, y se imagina un complejo turístico “grande y hermoso” construido sobre los cadáveres?
¿La de Netanyahu declarando a la televisión internacional que Irán está atentando contra civiles con sus bombas y debería ser condenado por la comunidad internacional?
¿La del ministerio público que mira con morbo a la jovencita ultrajada mientras la juzga, sentencia y condena “porque con esas ropas, mija, tú te lo buscaste”?
¿La de la funcionaria transformadora que, para demostrar que está comprometida con las causas justas, ante la demanda de búsqueda de desaparecidas, “regala” picos y palas? (“oiga, pero las están cobrando”; “Bah, a ese precio están como regaladas”).
¿La del policía del ICE gringo que golpea con saña a un migrante que le dice, el rostro sangrante, que él está en la Unión Americana desde antes que ese agente naciera?
¿La de loa otroa, con el cuerpo roto cubierto de orines y sangre, mientras el de la cámara envía a su jefe la foto y el mensaje “va la foto del putito que quebraron”?
¿La del abogado que argumenta: “las leyes se estudian para saber cómo violarlas… legalmente, claro”?
¿La de la preclara legisladora progresista que, soberbia vana, consigue condenar a quien puso un tuit (o como se diga) diciendo lo que todos saben que es cierto, pero, al mismo tiempo, teme, humildad impuesta, que le cancelen la visa gringa?
¿La de funcionarios que no funcionan si no “se aceita la maquina”, o lo que es lo mismo: “with money dancing the dog”?
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Y ¿por qué necesita esas imágenes -si es que le conmueven e indignan, claro-, para reconocerse como ser humano?
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En la pirámide mundial, la geografía de la modernidad y el progreso, su mapa pues, es un gigantesco mural con fotos.
Arriba: las imágenes retocadas de las distintas marcas del Gran Capital. Pocas.
Abajo: millones de imágenes de desaparecidas, muertos y olvidadas. Selvas devastadas con máquinas y estupidez. Ríos y lagunas contaminadas con las heces mortales de las mineras. Pueblos originarios que ataño eran vida y hoy son un complejo hotelero “todo incluido”. Las colonias marginales. Los cielos humeantes de las ciudades industriales con piezas y engranes de carne y hueso. Guerras donde mueren los desechables de siempre. Un cementerio clandestino como Patria.
-*-
Pero tal vez no es todo. Tal vez, ahí, en ese rincón, abajo y a la izquierda, hay quien resiste y, resistiendo, se rebela y revela. Tal vez…
“Son las voces, los brazos y los pies decisivos,
y los rostros perfectos, y los ojos de fuego,
y la táctica en vilo de quienes hoy te odian
para amarte mañana cuando el alba sea alba
y no chorro de insultos, y no río de fatigas,”
y no una puerta falsa para huir de rodillas.”
Declaración de Odio. Efraín Huerta (1914-1982).
Desde las Montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, Julio del 2025.
Imágenes de preparativos para el «Encuentro de Resistencias y Rebeldías Algunas Partes del Todo» en agosto del 2025, Terci@s Compas Zapatistas
Audio: Voz y palabras de Eduardo Galeano, fragmentos de los textos «Los Ausentes», «El disfraz de la guerra», «Educación y Cultura» y «El Mundo». Entrevista de Mundo Untref, 2012.
16 Julio 2025: 3 posdatas 3 VI.- EL INCONFORME

Primero bufó irritado. Erizada la piel como gato huraño y rebelde, desdeñoso de cajas y pirámides. Así nomás, sin avisar siquiera.
Luego, para quien no sabe, una especie de caricia tierna. Después los zarpazos creciendo en cantidad y fuerza. Más luego, un remolino de inconformidad. Al poco, aquello era un corredero. A la furia del viento se sumó una lluvia como para decirle al ventarrón que compartía su rabia. Arrojó hombres y hojas contra las paredes de las champas y, lo juro, crujieron los cimientos del templete de concreto.
Viento y lluvia. Ni para donde hacerse. Mejor quedar a mitad de la furia que arriesgarse al vuelo de guillotina de las láminas arrancadas como desafiando el modesto pudor de los galerones ya limpios, con pintura y paredes renovadas.
Pero, por extraño que parezca, la tormenta respetó la periferia y se concentró en el centro. Ahí donde el esqueleto de una pirámide se elevaba a no pocos metros de la grava.
Como diciendo: “Aquí pirámides no”.
Y las mantas que simulaban las paredes de la pirámide, se hinchaban con esa mezcla de alas y velamen que a ratos semejaban un navío errante y a ratos una aeronave extraviada, sin tierra a la vista, sólo con la certeza de que abajo permanecía el suelo esperando sin apuro, como diciendo “aquí nomás”.
Tratamos de hablar con él, pero, entre la lluvia y los ventarrones, apenas conseguimos que amainara lo suficiente para que los compañeros que habían trepado a lo más alto para colocar el signo del dinero bajaran. Inmediatamente un fuerte y concentrado soplido terminó por arrancar el velamen y la manta voló montaña arriba.
“Así nacen los fantasmas”, pensé.
Empezamos a explicar atropelladamente que no era para que quedara de por sí, sino que era más bien como una explicación de la política. Para revelar, pues. Que nada de dioses falsos o verdaderos. Que de por sí se va a destruir. No sólo ésa, sino que todas las pirámides. Sí, en el todo y las partes. Sí, en todos los rincones del planeta.
Amainó de a poco, como dudando de nuestro compromiso.
Se fue luego pero no rápido, como diciendo “si el ser humano no cumple, cumpliremos nosotras, las partes de la madre primera”.
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El SubMoy checó la construcción y sentenció: “No fácil va a caer”.
Un compa como que caló la construcción haciendo, con su machete, una muesca en uno de los travesaños. Sólo murmuró: “de que va a caer, va a caer. De repente dilata, pero cae porque cae”.
“Lo más difícil va a ser la columna central, está muy maciza”, agregó, “va a haber que ponerle mucha fuerza, muchas ganas y no pocos, sino que muchos”.
“O sea: en común y organizados”, sentenció un joven pintor. Todos reímos, aunque todavía con el susto de ese viento irritado que a saber de dónde vino.
“Ese poste está bien enraizado. Aunque lo tumben, retoña. Hay que arrancarlo hasta las raíces”, acotó una mujer ya de edad, plantada en jarras frente a la construcción de madera, como desafiándola.
“Es su alma de la sistema”, respondió una compañera a la pregunta de una niña sobre el mástil central, “la propiedad privada de la tierra, de las máquinas, de las casas, de la gente, de la naturaleza, de los sueños y las pesadillas, de los cielos y los mares, de lo que se ve y lo que no se ve, del mundo pues. Está metida no sólo en la base de la sistema. También en nuestra cabeza, en nuestro corazón y en nuestra historia”.
-*-
“Pero ¿cuántos vienen?”, me preguntaron.
“Un buen tanto”, respondí.
“¿Pero traen su gana de luchar?”, insistieron.
“Saber”, me dije, “como dice el SubMoy: falta ver”.
“Oyes capitán, ¿esa cosa va a estar ahí toda la vida”, me pregunta una miliciana.
“No, cómo crees, es para la plática zapatista. ¿Por qué preguntas?”
“Porque creo viene un equipo de fútbol y pues esa cosa está en el frente de una de las porterías, por donde está nuestro comedor. Entonces no va a haber ni partido ni comida. El partido de futbol, vaya y pase, pero la comida, pues…”
La tarde empezó a brotar de los árboles. Por un instante, coincidieron la luna, el sol, la lluvia y el viento, compareciendo ante la montaña.
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Eso, ¿va a estar ahí siempre?
Pues no, por eso estamos luchando. De repente dilata, pero ya vamos a ser más.
Y en el viento siguió la advertencia que la lluvia grabó en la tierra:
“Si el ser humano no cumple, cumpliremos nosotras,
las partes de la madre primera. La pirámide caerá”.
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No muy lejos en calendarios y geografías, Palestina seguía siendo una lágrima de sangre en el rostro indiferente de los gobiernos del mundo.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, Julio del 2025.
Imágenes de preparativos para el «Encuentro de Resistencias y Rebeldías Algunas Partes del Todo» en agosto del 2025, Terci@s Compas Zapatistas
Audio: Voz y palabras de Eduardo Galeano, fragmentos de los textos «Los Hijos de los Días», «El Miedo Manda» y «Los Nadies»
10 Julio 2025. V.- DE GATOS Y PIRAMIDES

Sigamos con los mundos paralelos.
Lo mismo puede suceder con las pirámides sociales. En uno de los mundos la parte de arriba está ocupada, digamos, por personas de tez clara, y en la parte de abajo están las de tez oscura. En otro mundo paralelo, es lo contrario: las de la parte superior son de tez oscura y las de la parte inferior son de piel clara.
Puede ensayar las alternativas a su antojo: arriba varones, abajo mujeres; caxlanes arriba, indígenas abajo; heteros arriba, LGBTQI+ abajo: arriba ricos, abajo pobres; poseedores arriba, desposeídos abajo, y viceversa. Así podrá usted acomodar las distintas alternativas de planteamientos de análisis teórico y de propuestas políticas.
Ahora bien, si una persona de uno de los mundos se asoma al otro paralelo (y contrario contradictorio, agrego), concluirá que en ese mundo la pirámide está invertida. En ese otro mundo los indígenas están arriba y los caxlanes abajo; las mujeres dominan a los hombres; los “frijoleros” discriminan a los anglos; los latinos conquistan y subyugan a los europeos; las LGBTQI+ hacen escarnio, atacan y asesinan a los heteros; los trabajadores explotan a los patrones; los políticos cumplen sus promesas (ok, ok, ok, dudo que ese mundo exista); los criminales son castigados y los inocentes son libres; etcétera.
Para muchas teorías o “ciencias sociales” la pirámide de su mundo puede ser “natural” y “humana”. “Es natural que existan personas que tengan riquezas y personas que no las tengan”; “es natural que manden quienes tienen los conocimientos y que obedezcan los ignorantes”; “es natural que el ejército con mejor armamento derrote al ejército más débil”; “es natural que la gente bonita mande y la fea obedezca”; “es natural que el hombre domine a la mujer”; “es natural que los heteros violenten a loas otroas”; “es natural que los caxlanes discriminen a los de otras razas”. Claro, usted puede dar ejemplos que contradicen esa “naturalidad”, pero estoy siendo simplista.
En torno a esa “naturalidad” se construye no sólo un sistema político. También una serie de “evidencias” que se manifiestan en el todo de una sociedad: en la familia, la escuela, el trabajo, la riqueza, la pobreza, la delincuencia, la anormalidad, la lengua, el modo, la comunicación, la relación con lo otro y con la naturaleza, … y la militancia.
Se construye de esta forma algo así como el “algoritmo” de la sociedad. Una serie de creencias y referentes para lo bueno y lo malo, lo bonito y lo feo, lo masculino y lo femenino, y así. “Evidencias” reforzadas por los medios de comunicación y la interacción social en redes y espacios de estudio, trabajo, transporte, política, activismo, reposo y esparcimiento.
En fin, la vida, la muerte… y la desaparición. Porque el sistema ha creado un nuevo estado de existencia de las personas: hay vivas, hay muertas y hay desaparecidas (ni vivas ni muertas). Así, sin necesidad de Schrödinger y su gato.
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La pirámide invertida es la base de las propuestas de las vanguardias, las transformaciones, las evoluciones y las revoluciones. En la pirámide, arriba hay pocas personas y abajo hay muchas, pero las de arriba poseen muchas riquezas, y las de abajo no. La propuesta es “voltear” la pirámide: que los que no tienen riqueza y están abajo, pasen a la punta de la pirámide, desplazando hacia abajo a los que detentan las riquezas.
A primera vista, la inversión de la Pirámide, voltearla pues, suena bien. Quienes siempre han estado abajo, tendrán su oportunidad de estar arriba. Y quienes están arriba, tendrán que sufrir las condiciones de abajo.
El asunto es que, como son muchos los que están abajo, será difícil que se tomen decisiones, entonces aparece la representación, y para eso está la vanguardia, el partido político. Ocurrirá que la pirámide no se “volteó”, sino que se reprodujo con otra nomenclatura: las burocracias hechas partidos políticos buenos, malos o peores.
Además, claro, que los poderes “alternos” (Capital y Crimen Organizado), se mantienen en su posición, renovando sus acuerdos y relaciones con la “nueva” parte superior de la pirámide.
Las propuestas políticas de las distintas vanguardias tienen en común la misma oferta: puesto que los de arriba tienen y los de abajo no tienen, entonces lo que hay que hacer es voltear la pirámide.
Para esta “inversión” -en realidad es un relevo de capataces-, es necesario el holograma del “Estado Nación”. Si la justicia, la seguridad, la honestidad y la capacidad están ausentes, pues ahí está el equipo deportivo nacional que, envuelto en la bandera oficial, se arroja al precipicio de la realidad. Pero el “público” ya no aplaude o abuchea, ahora hace memes.
En esos intentos de “democratizar” el cinismo y la torpeza, las propuestas políticas acuden a la creación de enemigos virtuales. Azuzan a la piel oscura contra la piel clara, al liberal contra el conservador, al de en medio contra el de abajo y el de arriba, a la periferia contra el centro, al originario contra el mestizo, a la mujer contra el hombre, a loa otroa contra el hetero, al joven contra el adulto, al adulto contra el anciano, al latino contra el anglo, al de una nación contra el de otra, al de cualquier parte del mundo contra el gringo, al residente contra el migrante. Y viceversa.
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El zapatismo le concede al sistema la suficiente capacidad de destrucción como para acabar con un planeta, un mundo pues, supliendo una organización social por otra. De hecho, el capitalismo nace de una revolución. No son las revoluciones las que le preocupan, sino asegurarse que sigan la misma lógica piramidal: hay quien manda y hay quien obedece.
Ahora bien, en su fase actual, el sistema está operando una transformación. Pero no significa que vaya a desaparecer. Más bien es un reacomodo, una adaptación a las nuevas condiciones de lo que algunos llaman “sistema mundo”.
Si el capitalismo apenas está tomando conciencia de la destrucción irreversible que ha provocado, no viene al caso, o cosa, según. Pero, frente a esto, ensaya o intenta diversas rutas.
Una es volver al pasado.
No sólo nos referimos al proceso de acumulación originaria, donde el sistema nace, crece y se consolida por el despojo mediante guerras (algo que suelen olvidar los teóricos e historiadores). Sino a una suerte de salto imposible hacia atrás, eso que significa tratar de reconstruir el llamado “Estado Benefactor” o “Welfare State” (un redivivo Keynes del Bienestar). Es decir, un Estado igual de represor y reaccionario, pero con tintes de justicia social o, si se quiere, de programas sociales que atenúen la carga del piso inferior de la pirámide, de su base. Pero la maldita realidad, no abandona su posición reaccionaria y, tarde o temprano, rompe las paredes de esa pirámide. Así, la “Regeneración” se convierte en un reciclado de cuarta.
Está también el intento de “engrosar” (o “engordar”) las clases medias que, como su nombre lo indica, estarían entre la parte más alta de la pirámide y el basamento. Estas partes “medias” sobreviven con el empeño de subir más escalones en la pirámide, y con el terror de que la base no soporte más o no se pueda controlar su estallido y se rebele y revele. Para una y otra cosa, recurren al partido vanguardia. Para controlar, ralentizar o de plano extinguir las rebeliones; y para escalar, mediante puestos y ventajas, en la escala social. Los ultras de ayer son los funcionarios “realistas” de hoy. Las clases medias son la cantera del Mandón.
Por eso el pánico que tienen sus voceros frente a los vidrios rotos, los paros, los bloqueos, las marchas, las huelgas, las tomas, los gritos, las acciones, y esas cosas feas que hacen los sucios, feos y malos de la historia -que no aparecerán en los libros de educación básica-. ¿Su facilidad para “conmoverse” con las guerras “lejanas”? Bueno, pues es porque creen que eso sólo pasa en otras pirámides.
Pero, contra las evidencias periodísticas, artículos de opinión y sesudos análisis geopolíticos, hace tiempo que el gran capital no es nacional. Es decir, no se refiere a una geografía. Más bien tiene que ver con su lugar en la economía mundial. El gran capital, el Mandón pues, no se pregunta qué hacer en Medio Oriente, en Europa Oriental, o en las distintas banderas, escudos oficiales, himnos y equipos deportivos. No, el gran capital se pregunta qué hacer y cómo, pero en todo el planeta.
El gran capital no se pone aún de acuerdo, pero sus mentes pensantes prevén que ya es irremediable lo que se viene y hay que saquear lo más posible. Y para esto no importan los organismos internacionales, las leyes… ni las naciones.
Las distintas derechas, incluido el progresismo, se disputan los favores del gran capital. Como dos hermanos, pelean por la caricia del Mandón. Y usan lo que pueden. Unos y otros se acusan con grititos histéricos: unos advierten de la venida del comunismo; los contrarios, de la resurrección del fascismo. Unos y otros se ofrecen a mantener controlada la base de la pirámide. Unos a golpes. Los otros también.
Pero unos alardean, mientras los otros ponen cara de “eso es herencia de un pasado que no volverá” y, no sin gestos de asco, arrojan limosnas a la base de la pirámide. Limosnas que se transfieren al Crimen Organizado por extorsiones de las mismas autoridades que controlan los programas sociales y los administran a cambio de votos.
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Mientras tanto, una palabra que sintetiza muchas cosas que deberían avergonzar a la parte superior de la pirámide, reitera su vocación de vida libre: Palestina. Hoy Palestina define el verdadero objetivo de la pirámide, la caja mortal prometida para los pueblos del mundo.
Hay palabras quedas que caminan sismos, que navegan tempestades, que vuelan huracanes. Sólo de madrugada se escuchan, cuando en la duermevela todo duele. Entonces llegan y su murmullo rasga la piel de la memoria. Una cicatriz, sangrante aún, es lo que queda. “Gaza” es una de esas palabras, una que indigna, que rebela, que revela.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Julio del 2025.
Imágenes de preparativos para el «Encuentro de Resistencias y Rebeldías Algunas Partes del Todo» en agosto del 2025, Terci@s Compas Zapatistas
Audio: Música de Residente, Amal Murkus. «Bajo los escombros» y voz y palabras de Eduardo Galeano «Las guerras mienten»
El oro transparente: el extractivismo del agua

Por Nysa Moreno
En el discurso de desarrollo de los servidores públicos y de la oligarquía, el territorio rara vez es nombrado, y el agua, su pulso vital, mucho menos. El modelo de crecimiento que se promueve —basado mayoritariamente en megaproyectos turísticos y residenciales de lujo— resulta brutalmente insostenible frente a la fragilidad ecológica del territorio sudcaliforniano.
En la expansión turística y urbana para extranjeros, no se considera los límites del ecosistema árido ni la disponibilidad real de agua; al contrario, se opera como si este fuera un recurso inagotable, subordinado a la lógica del capital.
La hidrología de Baja California Sur se caracteriza por la presencia de cuencas cerradas y regiones hidrológicas con condiciones extremadamente áridas. La mayoría de los cuerpos de agua son subterráneos. Los acuíferos ya operan en déficit; se extrae más agua de la que se recarga naturalmente. Esta sobreexplotación ha llevado al avance de la intrusión salina en las aguas subterráneas, y al colapso de ecosistemas extremadamente delicados.
Frente a este desastre, la alternativa ofrecida como “solución” es aún más peligrosa: las desalinizadoras. El desecho que generan —la salmuera— no desaparece, ni se neutraliza. Porque la materia no se crea ni se destruye: solo cambia de forma. Pero en este caso, ni siquiera eso: la salmuera no se transforma, solo se diluye. Se desplaza, como el daño, como un tumor que se infiltra en un cuerpo-territorio, extendiendo su muerte de forma silenciosa.
Ecosistema sudcaliforniano
El territorio de Baja California Sur se extiende en una franja larga y delgada entre dos mares, dominada por sierras volcánicas, planicies costeras, oasis aislados y una frágil red de arroyos estacionales. Se trata de un ecosistema predominantemente árido y semiárido, caracterizado por baja precipitación —menos de 300 mm anuales en muchas zonas—, alta evaporación, y recursos hídricos profundamente limitados.
En esta región, el agua superficial es prácticamente inexistente de forma permanente: los ríos como tales no existen, y lo que fluye son arroyos temporales que solo llevan agua en época de lluvias, alimentando por cortos periodos los acuíferos subterráneos. Estos acuíferos, verdaderos vasos capilares del desierto, son la fuente principal de agua en Sudcalifornia. Su recarga es lenta y depende de eventos climáticos variables, por lo que su equilibrio hídrico es extremadamente sensible al aumento en la extracción.
La mayoría de las cuencas sudcalifornianas son cuencas cerradas o costeras, sin una salida fluvial permanente al mar, lo cual acentúa su dependencia de la infiltración local y de procesos hidrológicos como la recarga vertical o incidental. La vegetación cumple un papel vital: frena la erosión, facilita la infiltración y sostiene pequeños ecosistemas que han evolucionado para sobrevivir en condiciones extremas.
Este ecosistema no solo es frágil: es finito. Y cada concesión otorgada a un campo de golf, un megahotel, un desarrollo inmobiliario de lujo es, en los hechos, una sentencia a futuro para comunidades que hoy vivimos con cortes de agua, pozos salobres o secos, y un horizonte incierto.
Manejo de los recursos hídricos
El turismo “de excelencia” se ha convertido en el único horizonte de desarrollo imaginado en el Estado —y repetido hasta el cansancio— principalmente por los gobiernos municipales de La Paz y Los Cabos. En sus discursos, este modelo se presenta como sinónimo de progreso, mientras se omite sistemáticamente su costo ambiental y social.
Bajo esta retórica hueca, el sector turístico se posiciona como solución universal, cuando en realidad es uno de los principales motores del colapso hídrico regional y, con ello, del colapso ecológico total.
Según el estudio técnico de Dr. Jürgen Wurl (CICESE Unidad La Paz, 2019), un solo campo de golf en Los Cabos consume entre 1 y 2 millones de litros diarios para su mantenimiento. Una cifra que se multiplica si se considera que algunos desarrollos incluyen más de un campo de Golf. Este consumo equivale al gasto diario de más de 10,000 personas por cada campo del Golf. Lo alarmante no es solo el volumen desmesurado de agua que consume cada campo, sino la fuente: no utilizan aguas residuales tratadas, sino agua potable o subterránea de alta calidad, extraída de los mismos acuíferos que hoy están al borde del colapso.
De acuerdo con el sitio “Top Mexico Real Estate” (2023), existen al menos 18 campos de golf en Los Cabos y 2 en La Paz —eso es lo que se reporta: en la práctica, podrían ser más, no existe un registro público actualizado, accesible ni exhaustivo que permita auditar el número real de los campos de golf, ni el uso real del agua en dichos campos—, lo cual representa un consumo total estimado de entre 20 y 40 millones de litros diarios. Esa cifra equivale al consumo diario de entre 57 000 y 114 000 personas.

Es decir, el agua que se destina diariamente a mantener verdes los campos de golf podría abastecer por completo a municipios enteros de Baja California Sur: el municipio de Loreto (18 052 habitantes), el de Comondú (71 665 habitantes), o incluso al de Mulegé (64 022 habitantes), según datos del Censo INEGI 2020.
Por su parte, un hotel de lujo con 200 habitaciones —con piscinas, jardines tropicales, lavanderías industriales y restaurantes— puede utilizar entre 200 000 y 400 000 litros diarios. Esto multiplicado por la oferta actual de alrededor de 21 000 habitaciones en Los Cabos supone un consumo colosal, concentrado en pocas decenas de desarrollos. Según datos del “Perfil Turístico del Municipio de Los Cabos” (Observatorio FITURCA, 2021), esta infraestructura hotelera se distribuye en aproximadamente 105 hoteles de lujo —con un promedio de 200 habitaciones cada uno—. Si cada hotel consume hasta 400 000 litros diarios, esto implica que apenas 105 hoteles podrían estar consumiendo hasta 42 millones de litros de agua al día, lo cual equivale al uso diario de 120 000 personas locales. Si se toma como referencia un uso promedio de 350 litros diarios por persona local.

Pero si se toma en cuenta que en muchas zonas rurales o periféricas de Baja California Sur el acceso real es de apenas 150 litros diarios por persona o menos, la brecha se amplía brutalmente: esos mismos 105 hoteles estarían consumiendo el agua que podría abastecer a unas 280 000 personas rurales cada día. Para dimensionarlo, esto equivale a la suma de La Paz y San José del Cabo (250 000 + 130 000 = 380 000 aprox.), o alrededor del 50 % de la población estatal, que es de aproximadamente 800 000.
Poblaciones enteras condenadas a la escasez para sostener el confort hídrico de turistas. Lo que se les niega a los hogares, se otorga sin restricción a los fairways, hoteles y también a los jardines privados.
En contraste con las cifras promedio del consumo diario por persona local —entre 250 a 350 litros diarios—, muchas residencias de extranjeros, en su mayoría con residencia legal o doble nacionalidad, pueden superar los 1,500 litros diarios por vivienda, considerando el uso para regaderas exteriores, riego de jardines, vegetación ornamental de alto consumo, etc., es decir, el estilo de vida y cultura de extranjeros, símbolo de un extractivismo residencial ajeno al ecosistema que habita. Esta cifra equivale al consumo diario de al menos cinco hogares sudcalifornianos de cuatro integrantes, e incluso más en comunidades donde el suministro es irregular.
En el caso de viviendas de lujo —con piscinas, jardines extensos y sistemas automatizados de riego— el consumo puede superar los 3,000 litros al día. Una dimensión brutal, no solo por su volumen, sino por lo que representa en un contexto de escasez: equivale al consumo conjunto de al menos diez hogares sudcalifornianos con acceso regular al agua. Y en los márgenes, una misma vivienda de lujo puede consumir lo que hasta más de diez hogares rurales consumen juntas.

En estas viviendas, el agua deja de ser un derecho y se convierte en un accesorio de confort, aún a costa de la escasez estructural que enfrenta el resto de la población. La magnitud de esta diferencia no es solo técnica: es un espejo de la injusticia hídrica que define al modelo actual.
Así se dibuja con claridad la aritmética de la injusticia: lo que se derrocha en los resorts de lujo, y en residencias de extranjeros, falta en las poblaciones. No es escasez: es despojo hídrico institucionalizado.
La distribución del agua para estas residencias suele hacerse mediante pipas, que recorren diariamente las zonas residenciales exclusivas para abastecer cisternas, tanques elevados o sistemas de riego. Esto plantea preguntas urgentes: ¿de qué pozos proviene esa agua?, ¿quiénes poseen esas concesiones?, ¿bajo qué criterios se prioriza su distribución?
Mientras tanto, en la misma geografía, muchas familias locales viven entre la escasez y la espera: acostumbradas a almacenar agua en cubetas, a depender de un Rotoplas en el techo, a establecer horas o días específicos para lavar la ropa, bañarse o incluso limpiar el baño. Así opera el extractivismo hídrico cotidiano: selectivo, normalizado, profundamente clasista.

Así, el desierto es domesticado con agua subterránea, bajo una estética que simula respeto al entorno pero perpetúa un modelo profundamente desigual y extractivo.
El Diario Oficial de la Federación (2023) confirma que el acuífero de La Paz ya opera en déficit estructural: se extrae más agua de la que se recarga naturalmente. A pesar de este desequilibrio, se siguen autorizando nuevas concesiones para proyectos inmobiliarios, turísticos, industriales y comerciales. Esto no solo evidencia una negligencia institucional, sino una complicidad activa con el despojo: CONAGUA sigue emitiendo permisos en un sistema colapsado, mientras promueve la privatización del agua bajo el disfraz de “eficiencia administrativa”.
Nota sobre las cifras:
Todas las cifras aquí presentadas son estimaciones aproximadas, construidas a partir de fuentes oficiales disponibles, estudios técnicos y datos públicos hasta el año 2023. Dado que no existe un registro actualizado, transparente ni de libre acceso sobre el número real de campos de golf, concesiones de agua, ni consumos hídricos específicos por parte de hoteles y residencias de lujo en Baja California Sur, es probable que los volúmenes reales de extracción y consumo sean incluso mayores. La opacidad institucional y la falta de fiscalización pública dificultan una medición precisa, lo cual no solo impide la rendición de cuentas, sino que refleja una política estructural de desinformación en torno al despojo hídrico en curso.
El agua: un bien nacional, un derecho humano
¿A quién le pertenece el agua del subsuelo? La Ley de Aguas Nacionales señala que las aguas del subsuelo son propiedad de la Nación. Pero en la práctica, esa “nación” se traduce en mercados de concesiones, instrumentos legales para privatizar un bien común.
Las concesiones de agua —otorgadas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA)— permiten a empresas, particulares o asociaciones explotar volúmenes de agua por encima de los límites sostenibles. En muchos casos, estas concesiones son acumuladas por grandes corporaciones, que incluso las revenden, transfieren o concentran a través de prestanombres.
Entonces, ¿quién ejecuta la Ley de Aguas Nacionales? CONAGUA. Y con ello, administra un sistema que favorece a una minoría de usuarios —el 1.1%— que concentra más de una quinta parte del agua concesionada del país. Así, lo que debería ser un derecho colectivo se transforma en una mercancía que responde a los intereses del capital, no a las necesidades de la vida.
Más de la mitad de los 39 acuíferos de Baja California Sur se encuentran sobreexplotados, según datos de la propia CONAGUA en 2019. Ese mismo año, se otorgaron concesiones por un volumen total de 426 millones de metros cúbicos de agua al año en la entidad. Para dimensionarlo: es como llenar más de 170,000 pipas de 10,000 litros cada mes, o como si se vaciara una alberca olímpica cada dos segundos, durante todo un año.
Interludio: Foundation y El llano en llamas
El futuro tecnocrático y agua como chantaje político
En los planetas periféricos del Imperio Galáctico, Asimov nos describe en la saga Foundation, que el agua era más valiosa que los metales raros. El agua no caía del cielo: llegaba en naves.
No fluía por ríos: lo hacía por contratos.
Su flujo no dependía de las lluvias, sino de tratados interplanetarios. Y cuando un sistema estelar se rebelaba, cuando cuestionaba el orden impuesto, no le mandaban soldados: le cerraban las válvulas. Así se imponía el poder: con sed.
“—¿Queréis independencia? —preguntó el representante de la Fundación—. Está bien. Pero os llevaréis vuestra sed con ella. Sin nuestros sistemas, vuestras ciudades dejarán de funcionar. No enviaremos ni una nave”
En la lógica instrumental del Imperio, el agua no era vida: era obediencia líquida. Una galaxia entera sostenida por un sistema de válvulas: más eficiente que cualquier ejército, más implacable que cualquier ley.
En ese universo racionalizado, el agua era control, castigo, recompensa.El agua era el arma silenciosa de los imperios.
Mientras en la galaxia de Asimov la sed es una herramienta de control político, en el México profundo de Rulfo la sed es abandono, castigo y condena estructural dictada desde arriba.
La ausencia no necesita ser administrada: ya es sentencia.
El llano es el resultado de una promesa rota por el Estado. Una tierra “entregada” que fue en realidad despojada.
“… al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos…”
—Por aquí ya no pasa nadie. Ni siquiera la gente. Allá en la Tierra Grande llueve a veces. Pero aquí no. Aquí nunca. Y todo se murió. Se secó. Se peló el llano.”
“Hemos venido caminando desde el amanecer…Faustino dice:
—Puede que llueva.
Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos: ‘Puede que sí.’ No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar.
Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una plasta como la de un salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que sigan cayendo más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No llueve… Y a la gota caída por equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed.”
No se necesita más: un paisaje muerto es la sentencia final. Donde no hay agua, no hay vida. Allí, donde no hay agua, ni siquiera el poder se asienta. Solo queda la desolación. Silencio estéril.
Ambas obras escritas en los años cincuenta —cuando aún el petróleo y los metales eran sinónimos de riqueza—ya intuían el verdadero recurso del futuro: el agua.
En Asimov, el agua es herramienta de sometimiento interplanetario. En Rulfo, su ausencia es castigo ancestral.
Hoy, más de siete décadas después, lo que imaginaron como distopía o tragedia se ha vuelto presente: el agua es ya el nuevo oro.
Un oro transparente, invisible la vitalidad para las leyes del capital, pero vital para toda forma de vida.
Desde la galaxia de la ficción hasta el llano mexicano, la sed ha sido tanto símbolo como realidad. Hoy, se vuelve política hídrica.
Soluciones que agravan drásticamente el problema
Las llamadas “soluciones” tecnológicas para enfrentar la crisis hídrica en Baja California Sur no parten del reconocimiento de su realidad ecológica: un territorio de ecosistemas áridos y semiáridos, donde el agua es escasa por definición. En lugar de diseñar un modelo de desarrollo acorde con esta fragilidad hídrica, se decide abastecer —a toda costa— un modelo turístico-inmobiliario insaciable, pensado para climas donde el agua abunda. Un afán por forzar al desierto a comportarse como un trópico.
Tecnologías para producir más agua en lugar de cambiar el modelo que la devora. Entre ellas, las plantas desalinizadoras —vendidas como avances de “alta tecnología”— no hacen sino profundizar la crisis. Son sistemas costosos, energéticamente intensivos y ecológicamente destructivos. Su lógica no responde al cuidado del agua, sino a su industrialización, y posteriormente, a la destrucción de los mares y océanos.
Una planta desaladora convierte agua de mar en agua potable a través de dos caminos. El más común es la ósmosis inversa: el agua se filtra para eliminar sólidos y luego se presuriza con fuerza para atravesar membranas que dejan pasar solo las moléculas de agua, reteniendo la sal y otros minerales. Lo que no logra cruzar —una mezcla densa y salobre— se convierte en salmuera.
El segundo método, menos usado por su alto consumo energético, consiste en calentar el agua hasta evaporarla. El vapor se condensa como agua dulce y el residuo salado queda atrás. En ambos casos, el proceso genera una salmuera más salada que el mar, a veces cargada con químicos de limpieza.
Aunque las tecnologías para el manejo de salmuera se presenten como “altamente eficientes”, su lógica sigue siendo la misma: diluir, enterrar o dispersar el daño. Difusores que la esparcen mar adentro, pozos submarinos que la inyectan en las entrañas del océano, estanques de evaporación o sistemas de recuperación mineral no eliminan su toxicidad. Solo redistribuyen su impacto. No hay tratamiento ecológico, solo una administración del daño.
En todos los casos, la salmuera es devuelta al mar: la descarga hipersalina reduce el oxígeno disuelto, altera la temperatura y composición del agua, afecta gravemente la fauna bentónica y rompe los delicados equilibrios ecológicos costeros. Aún en un sistema perfectamente diseñado o “eficiente”, la contaminación sería inevitable, puesto que toda conversión de energía genera entropía.
Como lo establece la segunda ley de la termodinámica o la ley de la entropía, no existe proceso de transformación sin pérdida: la energía útil se degrada, el desorden molecular aumenta, y la reversibilidad se desvanece. Este principio —invisible para quienes predican la eficiencia tecnológica— es clave para entender que todo lo que hacemos, incluso lo más “limpio”, tiene un costo ecológico. La salmuera no se transforma: muta en daño.
La retórica de mitigación que acompaña a estos proyectos no logra esconder el hecho de que están desplazando la crisis de un medio a otro.
Distopía salina: el futuro que ya comenzó
Mientras se multiplican las plantas desalinizadoras, también se expande —en silencio— su rastro de muerte. En el litoral español, y con mayor intensidad en regiones del Medio Oriente como Abu Dabi, comienzan a surgir territorios devastados por el exceso de sal: extensiones del tamaño de ciudades enteras cubiertas por salmuera residual, donde la vida ha sido expulsada. Ahí, en esas zonas muertas, el subsuelo se ha vuelto tóxico, la evaporación intensificada ha dejado costras de sal cristalizada, y solo sobreviven algunas bacterias halófilas y/o microalgas capaces de resistir las condiciones extremas.
Estos “desiertos salinos” no son ya ficción científica: son el resultado directo de una lógica tecnológica que se niega a preguntarse dónde quedará el residuo de su tecnología. En España, se han generado residuos suficientes para cubrir el equivalente al territorio urbano de toda la ciudad de Barcelona. En los Emiratos Árabes Unidos, las descargas constantes de salmuera han destruido hábitats costeros completos.
Imagina un futuro donde vastas regiones costeras —antes vibrantes con manglares, peces y moluscos— se convierten en superficies yermas, deshabitadas, sin oxígeno y sin retorno ecológico. Un paisaje donde no hay vida, solo un suelo muerto salinizado hasta la médula, que no puede ser sembrado ni habitado.

Bajo este escenario de muerte, cabe preguntarse quiénes sostienen este modelo: la oligarquía y los servidores públicos que lo legitiman. ¿Es ignorancia o es psicopatía? ¿Se trata de una ceguera estructural o de una pulsión necropolítica deliberada? Ya no estamos solo ante un extractivismo territorial o hídrico: estamos ante una forma enfermiza de poder que arrasa con la vida misma, haciendo realidad distopías de muerte. No es solo un modelo económico: es una maquinaria enferma que no reconoce límites ni consecuencias.
¿Deberíamos someternos —como en los sistemas estelares en Foundation— y aceptar en silencio la tortura de dejarnos morir de sed, con tal de evitar la ira del imperio? ¿Deberíamos conservar la esperanza —como Faustino en El llano en llamas— caminando con fe ciega sobre la costra seca del llano, esperando una lluvia que no llega, repitiéndonos que todo estará bien mientras la sequía y el calor lo devoran todo, incluso la necesidad misma de comunicarnos, de reconocernos, de exigir, de rebelarse?
Frente a esa distopía hecha realidad, ya no basta con denunciar: es preciso asumir que lo que está en juego no es ideología, sino supervivencia. Si entendemos la aritmética básica del colapso —el desequilibrio entre lo que se extrae y lo que se regenera, así como lo que se desecha al medio y las consecuencias irreversibles de ese descarte, como la salmuera—, lo lógico no es el sometimiento, sino la implementación urgente de una racionalidad ecológica.
No se trata de un acto heroico, sino de un principio elemental de vida. Y si hay servidores públicos o instituciones incapaces de comprenderlo, entonces habrá que apartarlos exigiendo su destitución, porque el agua no puede seguir administrada por quienes confunden lujo con derecho y progreso con devastación.
Infraestructura de reciclaje: una propuesta frente al colapso
Desde el Frente Ciudadano en Defensa del Agua y la Vida, el ingeniero Juan Ángel Trasviña ha impulsado una propuesta concreta para mitigar la sobreexplotación de acuíferos en Baja California Sur: obligar a todos los desarrollos inmobiliarios, turísticos y comerciales a instalar plantas de tratamiento de aguas residuales que permitan su reúso, al menos en sanitarios y áreas verdes.
Inspirada en modelos ya implementados en países como Japón, Australia y Estados Unidos, esta iniciativa ciudadana fue presentada ante el Congreso Estatal como una reforma al artículo 56 de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LEEPA-BCS), y logró pasar al dictamen con modificaciones sustanciales.
La lógica es clara: en una región con disponibilidad hídrica drásticamente inferior al promedio nacional, resulta inadmisible seguir otorgando concesiones a megaproyectos sin exigirles infraestructura mínima para el reúso del agua. Con datos precisos, la propuesta demuestra que un hotel de 500 habitaciones podría ahorrar más de un millón de litros al mes si reusara el agua de lavabos y regaderas en sus sistemas sanitarios.
El dictamen resultante de esta iniciativa establece sanciones para quienes incumplan la medida, fija un plazo de dos años para que las construcciones existentes se adecuen, y elimina ambigüedades jurídicas que antes permitían ignorar esta obligación. No obstante, como toda solución técnica, también enfrenta límites: si bien plantea una medida concreta de mitigación, no confronta la raíz del problema, que es el modelo de desarrollo extractivo e hídricamente inviable impuesto en la región.
En ese sentido, esta reforma representa un primer paso: un instrumento legal valioso que, sin embargo, deberá acompañarse de acciones estructurales capaces de frenar la expansión de megaproyectos turísticos y reconocer el derecho al agua no como un lujo urbanizable, sino como un bien común irrenunciable.
Pero incluso la infraestructura de reúso más eficiente no resuelve un hecho insoslayable: en Baja California Sur ya no hay agua suficiente para sostener el modelo de crecimiento vigente. Frente a esta realidad, distintos grupos ciudadanos han comenzado a exigir algo más que las útiles y necesarias medidas técnicas: el reconocimiento formal de que el territorio vive en una condición estructural de estrés hídrico.
Marco legal y horizonte racional para la gestión del agua
Con fundamento en el Artículo 4º constitucional, que reconoce que “toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”, distintos grupos y colectivos han trazado rutas alternativas frente al colapso hídrico en Baja California Sur.
Aunque en 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el acceso al agua como un derecho humano fundamental, la realidad ha demostrado que tales resoluciones sirven más como herramienta retórica para blanquear megaproyectos y políticas de despojo que como garantías reales para los pueblos. El lenguaje de los derechos humanos, apropiado por instituciones globales, no ha impedido la sobreexplotación de acuíferos ni la mercantilización del agua. La verdadera defensa del agua nace desde abajo, desde los territorios, no desde tratados internacionales.
A contracorriente de las políticas extractivas que mercantilizan el agua, el Colectivo de Académicos Sudcaliforniano (CAS), en conjunto con la Brigada Ricardo Flores Magón, ha comenzado a construir una estrategia legal, técnica y comunitaria para declarar el municipio de La Paz (y, eventualmente, toda la región) libre de proyectos inmobiliarios y turísticos de alto impacto por estrés hídrico. Esta propuesta parte del reconocimiento de que el acceso al agua no puede supeditarse a desarrollos inmobiliarios ni turísticos que ignoran la aridez de este territorio.
En entrevista con la Dra. Laura Carreón Palau, integrante del CAS y profesora investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), e impulsora clave de la iniciativa originalmente planteada por la Dra. Concepción Lora Vilchis —también integrante de ambas instituciones—se expuso el trasfondo técnico y político de la propuesta. En 2023, la CONAGUA publicó en el Diario Oficial de la Federación el volumen de agua correspondiente a reservas para uso humano (13.19 millones de m³), un intento de garantizar disponibilidad para la población. Sin embargo —señala Carreón— este tipo de medidas, sin una reducción proporcional de concesiones, sólo amplían el déficit hídrico. “Lo primero que habría que hacer —plantea— es reducir el volumen de agua concesionado hasta alcanzar un equilibrio hídrico, como se hace con las cuotas pesqueras: ajustar el uso con base en la recarga real de los acuíferos”.
Para ello, se requiere —además de voluntad política— una reforma profunda a la Ley General de Aguas, la implementación obligatoria de medición en pozos (macro y micromedición), y una auditoría ciudadana al uso del agua. También es urgente modificar el enfoque de desarrollo: mientras las desaladoras se presentan como solución, su eficiencia es muy limitada, su impacto ambiental es sumamente alto, la salmuera resultante representa un riesgo ecológico alarmante aún no dimensionado. “Declarar el estrés hídrico implica establecer límites claros —explica Carreón—: en un ecosistema árido como Baja California Sur, los campos de golf no son viables ni megaproyectos. No se puede permitir este lujo hídrico en una región que ya no sostiene lo básico. También se debe garantizar infraestructura mínima para el acceso equitativo al agua, como exigir que todas las viviendas cuenten con aljibe.”
Los fundamentos técnicos para la declaratoria de estrés hídrico incluyen:
- El índice de sequía (histórico y actual),
- El índice de vegetación (como indicador de salud ecosistémica),
- La disponibilidad media anual por acuífero (según el DOF),
- Y la proyección de afectaciones ecológicas: pérdida del caudal ambiental, estrés vegetal, disminución de captura de carbono y mayor vulnerabilidad climática.
“Mientras se siga extrayendo agua sin ajustar concesiones al déficit real —advierte Carreón—, se compromete no solo el derecho humano al agua, sino el equilibrio ecológico del territorio”. Porque mientras se mantenga el espejismo de abundancia —pozo más profundo—, seguiremos agotando no solo el recurso, sino la posibilidad misma de habitar este ecosistema árido y frágil.
Cada vez que se excava más hondo para extraer agua, se cruza un umbral invisible pero devastador: se comienza a utilizar el caudal ecológico, es decir, el volumen mínimo que necesita la biodiversidad para sostener su existencia. Carreón explica que, cuando se extrae esa agua, no afecta solamente al ser humano: se interrumpe el pulso vital de los ecosistemas, se estresa la vegetación, disminuye la captura natural de carbono y se eleva la vulnerabilidad frente al cambio climático.
“Una vegetación debilitada no captura el carbono necesario; un ecosistema desecado no regula el clima” —señala Carreón—. Así, el despojo hídrico no solo agrieta la tierra; también fractura la memoria climática del territorio.
“El hombre seco ha perdido el lenguaje del agua”, escribió Gaston Bachelard. Olvidar ese lenguaje es dejar de escuchar los ritmos del territorio, volver mercancía el ecosistema. En Baja California Sur, donde la fragilidad hídrica es extrema, el extractivismo no solo agota los acuíferos: seca también la racionalidad ecológica.
FUENTES CONSULTADAS
- CICESE Unidad La Paz. (2019). Estudio técnico sobre consumo de agua en campos de golf en Los Cabos. Dr. Jürgen Wurl. Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada CICESE, Unidad La Paz.
- Diario Oficial de la Federación. (20 de marzo de 2023). Acuerdo por el que se dan a conocer las reservas de agua para el consumo humano en diversos acuíferos del país. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
https://www.dof.gob.mx/ - CONAGUA (Comisión Nacional del Agua). (2020). Estadísticas del Agua en México, Edición 2020. Subdirección General Técnica, Gerencia de Aguas Subterráneas.
https://www.gob.mx/conagua - INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía). (2020). Censo de Población y Vivienda 2020.
https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/ - FITURCA – Observatorio Turístico de Los Cabos. (2021). Perfil Turístico del Municipio de Los Cabos. Fondo de Promoción Turística de Los Cabos.
https://www.visitloscabos.travel/media - Top Mexico Real Estate. (2023). Los mejores campos de golf en Los Cabos. Publicación en línea del sitio de bienes raíces.
https://www.topmexicorealestate.com - Trasviña (2023). Reforma a la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente del Estado de Baja California Sur (LEEPA). Propuesta presentada ante el Congreso del Estado.
- Entrevista con la Dra. Laura Carreón Palau. (2025). Integrante del Colectivo de Académicos Sudcalifornianos (CAS). Conversación directa, junio 2025. Transcripción no publicada. Fragmentos citados con autorización.
- Colectivo de Académicos Sudcalifornianos (CAS). (2024-2025). Conversatorio en torno al manejo hídrico y el estrés de acuíferos en Baja California Sur.
- Fundar (2020). La apropiación del agua en México. http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/bitstream/handle/123456789/4803/CI_62.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- González Villarreal, Ana Lucía (2019). Apropiación del agua y políticas públicas en México (COLMEX). Estudia formas irregulares e inequitativas de acceso al agua en contextos urbano-rurales.
— Presentado en el Tercer Informe COLMEX: 2017‑2019, páginas - Gómez Godoy, Claudia (2015). La economía política del agua en México (CIESAS).
- Rojas Rabiela, Teresa (INAH/CIESAS). Estudios sobre “mercado gris del agua”.
- CIEP (2022). Mercado del agua en México: fallas estructurales y desigualdad en el acceso.
- Informes de DOF, CONAGUA y CNDH. Documentación técnica sobre mercados irregulares del agua y reventa.

AYOTZINAPA
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